La firma genómica de los cánceres de útero podría ofrecer pistas respecto al pronóstico de la enfermedad.
POR SUSAN YOUNG TRADUCIDO POR LÍA MOYA (OPINNO)
El primer análisis exhaustivo de los tumores endometriales divide este cáncer en cuatro subtipos y sugiere cambios potenciales en los paradigmas de tratamiento actuales. El estudio, publicado en la revista científica Nature, es el último resultado del Atlas del Genoma del Cáncer, un esfuerzo financiado por Estados Unidos para mejorar el tratamiento del cáncer mediante mejores diagnósticos y tratamientos farmacológicos dirigidos.
El hallazgo "podría conducir a métodos de diagnóstico mejorados y esperamos que a terapias mejoradas", afirma Douglas Levine, cirujano científico del Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering en Nueva York (EE. UU.) y uno de los directores del trabajo. Los estudios del Atlas del Genoma del Cáncer podrían cambiar la oncología algún día, de tal forma que los tumores ya no se traten basándose en dónde se encuentran en el cuerpo, sino en otras características genómicas y celulares, según explica Levine.
En EE. UU se diagnostica cáncer de endometrio -también conocido como cáncer uterino- a 49.000 mujeres cada año. Normalmente, el cáncer se clasifica dentro de uno de dos grupos que corresponden a distintos regímenes de tratamiento. Pero incluso los patólogos expertos no siempre están de acuerdo en cómo clasificar algunos tumores endometriales, como sostiene Levine.
Los cuatro subtipos identificados en el estudio también se asocian con distintos posibles resultados, desde un tipo asociado con un pronóstico bueno a otro que puede causar la muerte en cinco años. Los investigadores identificaron mutaciones comunes a cada subtipo, que podrían ser buenos objetivos contra los que las empresas farmacéuticas podrían desarrollar terapias nuevas y más precisas (ver "Los genomas de cáncer permiten a las farmacéuticas crear tratamientos personales").
"Este estudio amplía la comprensión molecular del cáncer endometrial, y sienta las bases para una nueva clasificación de la enfermedad basada principalmente en la genómica del cáncer", afirma Maria Reder, ginecóloga y científica de la Universidad de Bergen (Noruega). "Tendrá una influencia clara en el desarrollo de nuevas oportunidades terapéuticas para las pacientes que sufren cáncer endometrial", añade.
Sin embargo, estos resultados no cambiarán la práctica clínica inmediatamente. "Habría que verificarlo a gran escala para demostrar que puedes basar las diferencias de tratamiento en estas caracterizaciones", afirma Sarah Temkin, oncóloga ginecológica y cirujana del Centro de Cáncer Greenbaum de la Universidad de Maryland (EE.UU.). "Es fantástico poder identificar qué pacientes tienen un mal pronóstico, pero qué hacer a partir de ahí no está claro".
Los investigadores también encontraron parecidos moleculares entre el subtipo más peligroso de tumor endometrial y tipos de cáncer ovárico y de mama que también se asocian con un pronóstico malo. Esta superposición molecular entre tipos aparentemente distintos de tumores también se ha visto en otros proyectos del Atlas del Genoma del Cáncer. "Amplía nuestra comprensión del cáncer en general y sugiere que algunos paradigmas de tratamiento se pueden compartir en distintos tipos de cáncer", afirma Raeder.
martes, 14 de mayo de 2013
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