El plan fija nueve metas mundiales de aplicación "voluntaria" para prevenir y controlar estas enfermedades, aunque insta a los países a establecer programas nacionales para prevenir, controlar y reducir los factores de riesgos de estas dolencias, muchos de ellos derivados de malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio.
Comportamientos no sanos que conllevan problemas cardiovasculares y pulmonares o enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el cáncer, responsables de 36 millones de muertes al año, una cifra que podría llegar a los 55 millones en 2030 si no se frena su expansión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente, 2,8 millones de personas en el mundo mueren por dolencias relacionadas con la obesidad o con trastornos vinculados a la dieta.
Por eso, la ONG Corporate Accountability International (CAI) rechaza el principio de "autorregulación" que muchas compañías de la conocida como "comida basura" promueven para escapar de la regulación oficial.
"No convertimos en agentes de seguridad a los ladrones de bancos. Entonces ¿por qué tenemos que dejar que los productores de comida basura dicten las normas?", se preguntó John Stewart, de CAI.
La directora general de la OMS, Margaret Chan, se ha mostrado públicamente abierta a la posibilidad de colaborar con la industria alimenticia para intentar reducir la ingesta de productos nocivos para la salud, algo de lo que muchos países recelan.
"Necesitamos trabajar con todos los sectores y esperar que colaboren y se comprometan con la salud pública mundial. Ahora bien, tenemos que ser muy conscientes y estar muy vigilantes para evitar conflictos de intereses y para asegurarnos de que la industria de la alimentación hace lo que dice", afirmó en rueda de prensa Shanthi Mendis, directora de Enfermedades No Transmisibles de la OMS.
Para Francesco Branca, director de Salud y Nutrición de la OMS, "con la industria del tabaco está claro que no vamos a colaborar, pero con la industria alimentaria debemos hacerlo, intentar que ellos reduzcan las substancias nocivas o pocos recomendables, sin tal vez tener que esperar a que se plieguen a la regulación oficial".
El plan aprobado hoy establece nueve metas para ser cumplidas de aquí a 2025, lo que, de lograrse, "supondría un notable progreso en la prevención y el control" de las enfermedades derivadas de los malos hábitos, según el texto.
Preguntada sobre el hecho de que las metas no sean obligatorias, Mendis respondió que no cree que eso sea un problema, dado "que el coste de estas enfermedades para los sistemas de salud es tan alto que los países van a reaccionar para atajarlas".
El documento hace hincapié en la importancia del conocimiento público y de la detección temprana, a través del refuerzo de los centros de atención primaria.
En el texto se menciona la necesidad de que los gobiernos promuevan la reducción del uso nocivo del alcohol (bajada del 10 %), el incremento de la ingesta de frutas y hortalizas a 400 gramos diarios (cinco piezas) y el aumento de la actividad física (disminución de la prevalencia de la inactividad en un 10 %).
Asimismo, el plan promueve una menor ingesta de sal (reducción del 30 %) y de ácidos grasos saturados y la disminución del consumo de tabaco (del 30 %).
Por otra parte, se insta a las autoridades a que controlen los niveles de hiperglucemia, hipertensión arterial (reducción del 25 %), sobrepeso u obesidad e hipercolesterolemia de la población.
El documento promueve que al menos el 50 por ciento de las personas que lo necesitan reciba farmacoterapia y asesoramiento para prevenir ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares.
Insta a los Estados a que hagan todo lo necesario para que el 89 por ciento de los pacientes que lo precisen cuenten con los medicamentos esenciales de forma asequible, incluidos genéricos, "tanto en los centros públicos de salud como en los privados".
También se refiere a la publicidad dirigida especialmente a los menores de edad y pide que se "reduzca el impacto que tiene en los niños la promoción de alimentos y bebidas no alcohólicos ricos en grasas saturadas, ácidos grasos, azúcares libres y la sal".
En el mismo sentido, el programa insta a adoptar políticas nacionales que limiten la cantidad de ácidos grasos saturados "y eliminen prácticamente los aceites vegetales parcialmente hidrogenados en los alimentos".
La Asamblea Mundial de la Salud -máximo órgano decisorio de los 192 países que forman la OMS- se reúne anualmente para decidir y dictar las líneas directrices de la sanidad en el mundo. Fuente: EFE
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