Los sensores de los coches actuales -cuyos costos están bajando- sirven para algo más que reducir los accidentes de tráfico
POR JESSICA LEBER TRADUCIDO POR LÍA MOYA (OPINNO)
Los coches automáticos aún no han llegado a las carreteras, pero los ordenadores ya están ayudando a frenar o detener un coche en situaciones en las que un choque es inminente. Aún así, igual que las personas, estos sistemas necesitan tiempo para reaccionar. Usando tecnología de sensores que ya está incorporada en sus vehículos actuales, Toyota tiene por objetivo reducir el impacto de los accidentes a velocidades más altas.
Varios fabricantes ya usan tecnología de frenado autónomo como una característica de seguridad, y una investigación reciente del Instituto Highway Loss Data demuestra que pueden tener un efecto de seguridad medible, como se ve en los partes de accidente de las aseguradoras. Uno de los retos clave para los fabricantes de coche es cómo introducir tecnologías de seguridad sin hacer que los conductores sean demasiado dependientes de sus coches controlados por ordenador.
Toyota introdujo su primer sistema de frenado autónomo el otoño pasado, empezando por el Lexus LS de 2013 (el modelo de Lexus de gama más alta). Los sistemas de "precolisión" de Lexus ya usan radares de ondas milimétricas detrás de la parrilla delantera para detectar cuándo un vehículo se acerca peligrosamente al coche que lo precede, basado en las velocidades relativas de ambos coches. Modelos anteriores de Lexus avisaban al conductor, tensaban el cinturón y se preparaban para la frenada para que el coche parase más rápidamente y con mayor seguridad cuando el conductor decidiera pisar el freno.
Los nuevos sistemas de la marca pueden detener el coche aunque el pie nuca llegue a tocar el pedal, desacelerando lo suficiente para impedir la colisión a velocidades relativas por debajo de los 40 kilómetros por hora (la velocidad relativa es la velocidad entre el coche de un conductor y el coche que lo precede). También usa cámaras en estéreo para detectar a los peatones e infrarrojos para ver los obstáculos nocturnos.
Gran parte de la ventaja se debe a mejoras en el software que toma las decisiones de activar y controlar los frenos. "El sensor de radar de ondas milimétricas solo puede ver hasta cierto punto. Así que la pregunta es: desde el momento en que podemos detectarlo, ¿a qué velocidad podemos frenar?", explica Bill Camp, instructor de las instalaciones de entrenamiento de la empresa, Lexus College.
Una generación futura del sistema de precolisión de Toyota podrá funcionar a velocidades más altas y frenará un coche hasta a 60 kilómetros por hora para reducir el impacto de una colisión, según la empresa. Para lograr esa cifra aún hará falta que una persona pise el freno, pero la compañía afirma que más del 90 por ciento de los choques desde atrás tienen lugar cuando la diferencia de velocidad entre dos coches está dentro de los 60 kilómetros por hora, y planea introducir el sistema pronto "para una amplia gama de modelos".
En la actualidad, los coches sin conductor de Google ya se están probando en las carreteras de California, así que ya existe tecnología que evita las colisiones en muchas más situaciones. Pero es muy cara. Lexus presentó su propio coche sin conductor para investigación con un sistema láser parecido al de Google en el techo, en la Feria de la Electrónica de Consumo de este año; el sistema de láser cuesta en torno a los 75.000 dólares (unos 57.000 euros), explica Camp. La empresa espera que este vehículo sirva como banco de pruebas para mejorar sus líneas de producto actuales.
Los costes ya empiezan a bajar para otras tecnologías de seguridad estándar basadas en sensores, y eso será importante para introducirlas en coches que no son tan caros como un Lexus. Por ejemplo, en el 2013, el 29 por ciento de los coches tenía un sistema de aviso de choque frontal opcional, y de estos, el 12 por ciento tenía frenado autónomo, según el Highway Loss Data Institute.
Un software que permita que los mismos sensores lleven a cabo distintas funciones, podría ser útil. Ahora Lexus, por ejemplo, usa el mismo sensor de luz para dirigir tanto las largas automáticas como un sistema de aviso de salida del carril, cuando antes para estas funciones eran necesarios dos sensores.
Cuando la marca empezó a usar los sistemas de aviso de choques de radar de ondas milimétricas en los coches, hace casi una década, era un extra de 2.500 dólares (unos 1.900 euros) para su marca principal, explica Camp. Ahora se ha refinado la electrónica refinada y es un extra que cuesta 500 dólares (unos 380 euros) en la línea ligeramente más barata de Lexus, la gama IS, un precio que también incluye una característica de control dinámico de la velocidad crucero que puede usar el mismo radar.
"Este es el primero que cuesta 500 dólares", afirma Camp. "Si se sigue por ese camino, con el tiempo puede que lo veamos en todos los Corolla que circulan".
domingo, 19 de mayo de 2013
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