Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, indicaron que las modificaciones, que alteran la manera en que los genes funcionan, pueden detectarse en la sangre de las mujeres en cualquier trimestre del embarazo.El estudio incluyó a 52 embarazadas, y los investigadores dicen que se requerirán pruebas clínicas con más participantes para confirmar los resultados.
La depresión posparto, que afecta a entre 10% y 18% de quienes tuvieron un hijo, incluye sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza, cansancio y ansiedad.Los síntomas comienzan dentro de las cuatro semanas siguientes al parto, prolongándose por semanas, meses y hasta un año.
Los genes que se afectan son identificados como el TTC9B y el HP1BP3, sobre los cuales se sabe que influyen en la actividad del hipocampo, núcleo cerebral que comanda en parte los estados de ánimo de las personas. El alto nivel de precisión que alcanzan estos indicadores, con 85% de certeza, sorprendió a los investigadores. EL PAÍS VIA MOLECULAR PSYCHIATRY
Fuente: El País
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