Por Juan Prego
Todos tenemos capacidad creativa…pero depende únicamente de cada uno tener la actitud adecuada.
La primera idea que me vino a la cabeza para escribir sobre la creatividad era un planteamiento un tanto pesimista. Sobre todo en lo referente a la ausencia de incentivos y lo rápido que nos damos por vencidos ante cualquier comentario desalentador a la hora de plantear cualquier potencial idea…Lo realmente triste, es que estos “asesinos de ideas”, normalmente suelen ser las personas que pertenecen a nuestro entorno más cercano: amigos, familiares, compañeros de trabajo…
Sin embargo, a medida que uno medita sobre el tema, he comenzado a tener la convicción de que el principal problema sobre la capacidad creativa es que hemos crecido con una concepción totalmente errónea sobre qué o quién es creativo. Intuitivamente, todos pensamos que creativo es el que pinta, el que compone música, el escritor…Es en este momento en el que recuerdo una entrevista con uno de los gurús de la creatividad y la educación, Sir Ken Robinson, en la que expone que la “creatividad se aprende lo mismo que se aprende a leer”. Esta afirmación me parece, sencillamente, fascinante, porque lo que se extrae de esta afirmación es que la creatividad es, sobre todo, una actitud y tener una determinada actitud sí está en nuestras manos.
Evidentemente, uno no es tan ingenuo como para trivializar las dificultades de nuestro entorno y que nada es gratis: no hay recompensa sin esfuerzo…pero por algo hay que empezar y mi punto de partida es “quitarme el lastre” que son las excusas de pensar que no puedo hacer nada más porque es lo que me “han enseñado” en el colegio, en la universidad y el resto de “asesinos de ideas”.
También es muy reveladora otra de las reflexiones de Ken Robinson en relación con que estamos rodeados de creatividad por todas partes…de hecho, vivimos en un planeta completamente “imaginario”, todo lo que nos rodea es producto de una idea que ha surgido de la mente de alguien…desde las calles por las que paseamos, los edificios de nuestras ciudades, los jardines…y hasta la ropa que llevamos…todo, absolutamente todo, lo ha imaginado alguien antes de materializarlo…
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