Marisa Viveros vicepresidenta de Cyber Security I nnovation en IBM, durante la conferencia EmTech México. Fuente: Marta Boixo (Opinno) |
El big data parece estar poniéndose de moda, con los riesgos que las modas conllevan. En el ámbito de la salud sus posibilidades cobran fuerza. “Puede suponer una revolución en medicina”, aseguraba Leo Anthony Celi, fundador y director del programa Sana Mobile en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), durante la conferencia EmTech México celebrada el pasado mes de mayo en la capital del país.
Según Celi, la oportunidad de cruzar bases de datos con información de millones –o incluso billones- de pacientes de diferentes centros y trabajar conjuntamente para obtener datos estadísticos e información útil podría suponer un antes y un después en el abordaje de la asistencia sanitaria.
No obstante, su experiencia en Sana Mobile le ha enseñado que mejorar el acceso a la tecnología no necesariamente conlleva mejores resultados en la asistencia médica en zonas con escasos recursos. “Es el primer paso, pero no es suficiente”, ha añadido, ya que “los principales errores se derivan de una prescripción médica errónea”. Además, asegura que “un sistema informático nuevo sin más solo refuerza los mismos errores ya cometidos”, por lo que “tenemos que esforzarnos por analizar y detectar dónde se pueden realizar mejoras”. En su opinión, en salud se debe revertir el proceso y buscar primero la solución y después el problema que va a resolver.
¿Ayudará la salud móvil (mHealth, del inglés mobile health) a resolver los problemas de salud a nivel mundial? Celi cree que “antes de escalar este tipo de proyectos hay que medir su impacto y ver si realmente mejoran los números”, ya que “el problema es escalar su implementación y unir los componentes de la cadena de valor de la salud”.
En el caso de Sana Mobile, ya han probado con éxito varios proyectos de mHealth gracias a su enfoque: “Hacer piña con expertos, universidades y organizaciones en cada país, que detectan los retos que tenemos que afrontar, en lugar de imponerlos nosotros y perpetuar el modelo paternalista”. En Bangalore (India), por ejemplo, han implementado un sistema para la detección temprana de cáncer oral mediante dispositivos móviles. En Brasil han diseñado un equipo que, mediante el uso de smartphones, envía señales acústicas a un audiólogo, que revisa los datos para monitorear a bebés que sufren de sordera. Y en Mongolia están usando teléfonos móviles para poder hacer un seguimiento a los cuantiosos niños que sufren quemaduras y evitar que desarrollen infecciones.
“Nuestra meta es generar capacidades, transferir nuestros conocimientos y lo que aprendemos a nuestros socios, y también aprender de ellos las barreras sociales y culturales que debemos superar para hacer exitosos nuestros proyectos”, afirmó Celi en EmTech México.
Estas barreras son precisamente las que llevaron a Javier Lozano, premio MIT Technology Review Innovadores menores de 35 México en 2012, a fundar Clínicas del Azúcar, con el objetivo de “llevar una atención especializada y de bajo coste a toda la población” en patologías relacionadas con diabetes e hipertensión, cuya prevalencia en México es muy elevada.
“Hemos logrado reducir más del 70 por ciento del costo, hasta un 60 por ciento en la probabilidad de que los pacientes sufran una complicación y un 80 por ciento del tiempo que estos invierten, además de afinar el diagnóstico”, puntualizó Lozano durante su presentación en el evento.
Para lograrlo, han desarrollado sistemas centrados en el paciente y en sus necesidades, “teniendo en cuenta sus problemas de acceso a los medicamentos o sus posibilidades económicas para volver a la consulta en los plazos marcados”, explicó Lozano. En su opinión, la forma de hacer llegar la atención médica a toda la población pasa por predecirla y personalizarla, diseñar sistemas diagnósticos de bajo costo y optimizar los recursos humanos empoderando al paciente y posibilitando el monitoreo remoto.
Teniendo en cuenta que -según una encuesta de Kaiser Permanente- el 85 por ciento de los pacientes no se acuerda o no entiende lo que el médico le dijo durante la consulta, Lozano lo tiene claro: “Si a mí me preguntan cuál debe ser la estrategia a seguir, esa es capacitar a la población, dotarla de conocimiento, que podamos ser nuestros propios doctores y tener a nuestro coach que sea el médico que nos dé seguimiento”.
En el ámbito de la tecnología, Lozano cree que “el sector de la medicina será sumamente importante para el desarrollo tecnológico”, algo en lo que coincide con Marisa Viveros, vicepresidenta de Cyber Security Innovation en IBM. Viveros, que acompañó a Celi y a Lozano en la conferencia, asegura que “una de cada dos empresas va a usar tecnología de datos en sus negocios en el futuro, y la salud es uno de los sectores más importantes en los que puede generar mejoras”.
En respuesta al desafío de cómo analizar, almacenar y procesar toda la información disponible para obtener “algo que sea útil para todos nosotros”, IBM está desarrollando su programa Watson. Se trata de “una máquina que aprende y se adapta a medida que va obteniendo información y que es capaz de realizar un análisis cognitivo y descubrimientos por sí sola”.
Viveros explicó que “Watson es mucho más que un software de search engine”, ya que es capaz de leer 200 millones de páginas en menos de tres segundos e identificar posibles causas y enfermedades en respuesta a los síntomas del paciente. Además, se puede usar desde la nube y, a través de internet, va incorporando nuevos conocimientos procedentes nuevas publicaciones científicas para afinar el diagnóstico y los potenciales tratamientos.
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