Incluir una ración de frutos secos como los pistachos en la dieta diaria se ha asociado a una reducción del riesgo cardiovascular, de diabetes y de factores de riesgo para el corazón, y a una mejora de la salud en las embarazadas que los consumen.
Concretamente, en el caso de los pistachos hay varios estudios que evidencian los efectos positivos que aportan al perfil lipídico.
En base a las conclusiones obtenidas por investigaciones de las Universidades de Tennesse o Carolina del este, entre otras, existe una mejora considerable en los ratios de LDL colesterol (conocido como colesterol malo) y HDL colesterol.
Frutos secos y aceite de oliva virgen extra
La dieta mediterránea, enriquecida con aceite de oliva virgen extra y frutos secos, reduce el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, según otro estudio, Predimed, publicado recientemente en ‘New England Journal of Medicine’.
Un total de 7.447 personas con edades comprendidas entre 55 y 80 años participaron durante al menos cuatro años. Los participantes en el estudio no tenían problemas de corazón cuando comenzó la investigación, pero tenían riesgo de padecerlos porque tenían diabetes o al menos cumplían con tres de los factores de riesgo, incluyendo tabaquismo, baja presión sanguínea, colesterol elevado, obesidad o sobrepeso, o antecedentes familiares con problemas cardiovasculares.
Para la realización del estudio, los investigadores crearon dos grupos para el estudio: un grupo tomaba frutos secos tres veces a la semana y el otro lo hacía menos de una vez a la semana.
En el grupo que incluía en su dieta frutos secos (entre los que se encontraban pistachos, almendras, avellanas, nueces, cacahuetes, piñones, nueces de macadamia y anacardos) se observó una prevalencia significativamente menor de obesidad, síndrome metabólico y diabetes.
Para el embarazo
Otra investigación sobre la relación entre la ingesta de proteínas y la diabetes gestacional, concluyó que una dieta rica en proteínas vegetales, específicamente frutos secos, en lugar de una dieta rica en grasas animales, estaba asociada con un menor riesgo de padecer diabetes gestacional.
De hecho, la mayoría de las mujeres saben que las pipas son ricas en folatos, un nutriente indispensable para las embarazadas porque que ayudan en la formación y desarrollo de los glóbulos rojos.
El poder nutricional de las pipas
En relación a estas últimas, hay que saber que este fruto seco tiene un gran poder nutricional además de muchas propiedades beneficiosas para la salud.
Ricas en grasas saludables, antioxidantes (ácidos felónicos y Vitamina E) y minerales (zinc y hierro, entre otros), las pipas se convierten en un ‘súper alimento’ –como lo son también las cebollas, el ajo o el brécol– que ayuda a prevenir enfermedades cardiacas y el cáncer gracias al selenio que contiene.
En cuanto a esas grasas saludables, los estudios revelan que las dietas moderadas en grasa, pero altas en grasas insaturadas (mono y poliinsaturadas) también llamadas beneficiosas, pueden ser más saludables que las dietas bajas en grasas. Y, aunque las pipas contienen lípidos, casi el 90% lo componen grasas beneficiosas.
Fuente de juventud
Si a cada fruto seco se le reconocen unas ventajas nutricionales únicas como las propiedades suavizantes y reafirmantes de las almendras en la piel o el alto contenido en Omega de las nueces, a las pipas de girasol hay que otorgarles el mérito de la vitamina E.
Esta y su potente acción antioxidante y antiradicales libres ayudan a reforzar la barrera cutánea frente a los ataques externos.
Ese refuerzo de la función logra que se reactive la producción de fibras de colágeno –proteína que da firmeza a la piel– y estimula el metabolismo cutáneo, es decir, la formación de células nuevas.
A esto hay que sumarle que esta vitamina junto al selenio funciona como antioxidante, frenando el avance nocivo de los radicales libres, responsables del envejecimiento del organismo. Medical Press
sábado, 29 de junio de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario