POR DAVID TALBOT TRADUCIDO POR LÍA MOYA (OPINNO)
Casi todo el plástico que se vende procede del petróleo y no es biodegradable. Pero investigadores de Metabolix en Massachusetts (EE.UU.), están modificando genéticamente el panicum virgatum o hierba varilla, para producir un polímero biodegradable que se puede extraer directamente de la planta.
Eso podría transformar el negocio de la fabricación de polímeros biodegradables. Metabolix ya vende un polímero de este tipo, pero lo producen bacterias que se alimentan de azúcares vegetales en fermentos caros. Un proceso basado en las plantas, que podría usar cosechas cultivadas en tierras marginales, requeriría menos equipo.
Metabolix calcula que en última instancia podría vender sus polímeros basados en plantas a la mitad de los precios actuales. Mientras que los productos finales que se fabrican ahora son productos nicho como las bolsas de la compra de plástico biodegradable, con este método podrían resultar económicos los productos y empaquetados de uso general.
La idea de transformar plantas en plásticos cautiva al director científico de Metabolix, Oliver Peoples, antiguo investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés, EE.UU.) desde hace más de 20 años, cuando él y su compañero Anthony Sinskey, profesor de biología en el MIT, descubrieron los genes metabólicos que permiten a las bacterias que se hallan en la tierra producir de forma natural un polímero conocido como PHA. Después de fundar Metabolix aún tardaron una década en optimizar los sistemas metabólicos de las bacterias para producir cantidades útiles de PHA. Hacerlo en plantas es aún más difícil. "Es mucho más complejo y lleva más tiempo diseñar una especie compleja de crecimiento lento como la hierba varilla en comparación con una bacteria muy sencilla", explica Peoples.
Ahora, los investigadores en plantas de Metabolix están trabajando de nuevo para insertar esos genes, más otros que regulan el crecimiento, en plantas, entre ellas la hierba varilla, la camelina y la caña de azúcar. En el caso de la hierba varilla, están convenciendo a la planta para producir y almacenar en su tejido una clase específica de PHA conocida como PHB, que se puede usar para hacer productos plásticos de inyección de molde, como las carcasas para productos de electrónica. La empresa también está trabajando en las fases de producción químicas, entre ellas la extracción del PHB usando solventes, y un método termal para convertir el PHB en un producto químico llamado ácido crotónico, que se puede usar como alimento para los polímeros. Después de extraer el PHB o producir el ácido crotónico, los restos de la hierba se podrían quemar como una fuente de energía de biomasa que produce menos emisiones netas de dióxido de carbono que los combustibles fósiles.
Metabolix calcula que para que la hierba sea competitiva con otras fuentes de plásticos biodegradables, debe producir el 10 por ciento de su peso como PHB. La empresa ya casi ha doblado el contenido de PHB en la hierba, del 1,2 por ciento en 2008 al 2,3 por ciento el año pasado, incluyendo un 7 por ciento en las hojas. El proceso aún daría lugar a emisiones de dióxido de carbono: cultivar y cosechar plantas requiere abono basado en combustibles fósiles y máquinas movidas por combustibles fósiles, aunque aún hay que hacer un análisis completo. Por el momento se alegra de poder realizar por fin su visión de las plantas a plásticos. "Esto es una demostración de pura obsesión", afirma. MIT
Casi todo el plástico que se vende procede del petróleo y no es biodegradable. Pero investigadores de Metabolix en Massachusetts (EE.UU.), están modificando genéticamente el panicum virgatum o hierba varilla, para producir un polímero biodegradable que se puede extraer directamente de la planta.
Eso podría transformar el negocio de la fabricación de polímeros biodegradables. Metabolix ya vende un polímero de este tipo, pero lo producen bacterias que se alimentan de azúcares vegetales en fermentos caros. Un proceso basado en las plantas, que podría usar cosechas cultivadas en tierras marginales, requeriría menos equipo.
Metabolix calcula que en última instancia podría vender sus polímeros basados en plantas a la mitad de los precios actuales. Mientras que los productos finales que se fabrican ahora son productos nicho como las bolsas de la compra de plástico biodegradable, con este método podrían resultar económicos los productos y empaquetados de uso general.
La idea de transformar plantas en plásticos cautiva al director científico de Metabolix, Oliver Peoples, antiguo investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés, EE.UU.) desde hace más de 20 años, cuando él y su compañero Anthony Sinskey, profesor de biología en el MIT, descubrieron los genes metabólicos que permiten a las bacterias que se hallan en la tierra producir de forma natural un polímero conocido como PHA. Después de fundar Metabolix aún tardaron una década en optimizar los sistemas metabólicos de las bacterias para producir cantidades útiles de PHA. Hacerlo en plantas es aún más difícil. "Es mucho más complejo y lleva más tiempo diseñar una especie compleja de crecimiento lento como la hierba varilla en comparación con una bacteria muy sencilla", explica Peoples.
Ahora, los investigadores en plantas de Metabolix están trabajando de nuevo para insertar esos genes, más otros que regulan el crecimiento, en plantas, entre ellas la hierba varilla, la camelina y la caña de azúcar. En el caso de la hierba varilla, están convenciendo a la planta para producir y almacenar en su tejido una clase específica de PHA conocida como PHB, que se puede usar para hacer productos plásticos de inyección de molde, como las carcasas para productos de electrónica. La empresa también está trabajando en las fases de producción químicas, entre ellas la extracción del PHB usando solventes, y un método termal para convertir el PHB en un producto químico llamado ácido crotónico, que se puede usar como alimento para los polímeros. Después de extraer el PHB o producir el ácido crotónico, los restos de la hierba se podrían quemar como una fuente de energía de biomasa que produce menos emisiones netas de dióxido de carbono que los combustibles fósiles.
Metabolix calcula que para que la hierba sea competitiva con otras fuentes de plásticos biodegradables, debe producir el 10 por ciento de su peso como PHB. La empresa ya casi ha doblado el contenido de PHB en la hierba, del 1,2 por ciento en 2008 al 2,3 por ciento el año pasado, incluyendo un 7 por ciento en las hojas. El proceso aún daría lugar a emisiones de dióxido de carbono: cultivar y cosechar plantas requiere abono basado en combustibles fósiles y máquinas movidas por combustibles fósiles, aunque aún hay que hacer un análisis completo. Por el momento se alegra de poder realizar por fin su visión de las plantas a plásticos. "Esto es una demostración de pura obsesión", afirma. MIT
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