Galileo Galilei. |
Galileo Galilei fue astrónomo, filósofo, matemático y físico, hombre de otra Italia, más ilustre que la de hoy día.
Co-protagonista del Renacimiento, Galileo fue multidisciplinario: él se interesó también por la música, la literatura y las artes plásticas (al fin de cuentas, él fue hijo de un músico y matemático florentino llamado Vincenzo Galilei, quien se ganaba la vida ejerciendo el comercio y que ambicionaba que Galileo, su hijo mayor, estudiase medicina).
Mejorador del telescopio, observador astronómico muy atento, Galileo fue doblemente complementario:
> de los escritos de Francis Bacon para establecer el moderno método científico, y
> de Johannes Kepler, astrónomo y matemático alemán, conocido por sus leyes sobre el movimiento de los planetas en su órbita alrededor del Sol.
Los trabajos de Galileo fueron una ruptura respecto de las teorías propias de la física aristotélica. Ingresó a la historia como consecuencia de su choque con la Inquisición de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Galileo conocía muy bien el catolicismo: el vecino de sus padres, Jacobo Borhini, era religioso y lo ingresó, cuando sus padres marcharon de Toscana hacia Florencia, al convento de Santa María de Vallombrosa. Galileo no fue sacerdote porque su padre Vicenzo se opuso, y aprovechó una infección en un ojo que sufrió su hijo para sacarle del convento alegando "falta de cuidados", y más tarde lo inscribió en la Universidad de Pisa, para que estudiase Medicina, Filosofía y Matemáticas.
Pero a Galileo no le interesaba la medicina. En cambio las matemáticas, gracias a un amigo de la familia, Ostilio Ricci, resultaron un hallazgo que le apasionó. Pitágoras, Platón y Arquímedes fueron sus autores predilectos. En aquella etapa Galileo adhería a la escuela aristotélica y al sistema de Ptolomeo. Durante mucho tiempo Galileo estuvo convencido de la exactitud del sistema copernicano.
Cuando todavía era estudiante, descubrió la ley de la isocronía de los péndulos, primera etapa de su descubrimiento de una nueva ciencia: la mecánica.
Personaje complejo, Galileo se opuso al profesorado de su tiempo, y, convencido de las virtudes del autodidacta, regresó a Florencia sin diploma, pero con un desarrollo importante de sus conocimientos.
Galileo emprendió la redacción de Theoremata circa centrum gravitatis solidum, demostrando teoremas sobre el centro de gravedad de ciertos sólidos, y emprendió, en 1586, la reconstitución de la balanza hidrostática de Arquímedes, mientras continuaba con sus estudios sobre las oscilaciones del péndulo pesante e inventaba el pulsómetro, que permitió ayudar a medir el pulso y suministrar una escala de tiempo, que no existía aún en la época.
En tanto, de algo había que vivir, y él, en parte contradiciendo su conducta en Pisa, buscó un empleo de profesor en una universidad. En esa etapa conoció al padre jesuita Christopher Clavius, matemático del Colegio pontifical; y a Guidobaldo del Monte, otro matemático, quien lo recomendó al duque Fernando I de Toscana. Así fue como él llegó a profesor de la cátedra de Matemáticas... ¡de la Universidad de Pisa!
De todos modos, el salario que le asignaron era muy bajo para la época: 60 escudos de oro por año, en el último peldaño de la escalera.
Poco después descubrió la cicloide y se sirvió de ella para dibujar arcos de puentes; experimentar sobre la caída de los cuerpos, y dicen que redactó su obra N°1 de mecánica, titulada De motu. Sin embargo, hay controversias al respecto. Algunos no creen que haya sido tan temprano.
En cambio sí hay coincidencias en que mantuvo diferencias con uno de los hijos del gran duque Fernando I de Toscana, y se marchó a la Universidad de Padua como profesor de Geometría, Mecánica y Astronomía.
Padua pertenecía a la República de Venecia, donde la Inquisición carecía de influencia como en Toscana. Es cierto que los patricios habían entregado a Giordano Bruno a los clérigos católicos, ignorantes y prejuiciosos, pero había otras cuestiones en esa intriga.
En Padua, Galileo ganó libertad intelectual.
Pero en 1591 murió su padre y tuvo que comenzar a ayudar a cubrir las necesidades de la familia. Así fue como comenzó a dar clases particulares a los estudiantes ricos, a quienes alojaba en su casa. Sin embargo, Galileo fue un mal administrador, y cubría sus cuentas gracias a la ayuda financiera de sus protectores y amigos.
En 1599, conoció a Marina Gamba, su novia hasta 1610. Si bien no convivieron, Marina fue la madre de sus hijos Virginia, Livia y Vincenzo.
A Virginia y Livia, él las envió a un convento porque, al ser ilegítimas, se decía que no gozarían de un matrimonio oficial. Sí reconoció a Vincenzo.
En julio de 1604, él probó su bomba de agua en un jardín de Padua. Luego descubrió la ley del movimiento uniformemente acelerado.
En febrero de 1605 publicó Dialogo de Cecco di Ronchitti in Perpuosito de la Stella Nova, junto a Girolamo Spinelli.
Ocurrió un acontecimiento, entre ambos años: la observación de la aparición de una nueva estrella, y su desaparición repentina. Comenzó a resultar evidente la crisis de la teoría vigente de la inalterabilidad de los cielos. En privado, Galileo ya era copernicano.
En 1606, Galileo construyó su primer termoscopio, que permitió comparar de manera objetiva el nivel de calor y de frío. También contrajo una enfermedad infecciosa que lo dejó lisiado de reumatismo por el resto de sus días.
En los 2 años que siguieron, Galileo estudió las estructuras de los imanes.
En mayo de 1609, Jacques Badovere, uno de sus antiguos alumnos, le escribió que existía un equipo llamado telescopio, fabricado en Holanda, que permitía ver los objetos lejanos.
Con esa única descripción, Galileo construyó su 1er. telescopio, y que, a diferencia del equipo holandés, no deformó los objetos (gracias a una lente divergente en el ocular), y los aumentó 6 veces. Pero, es necesario aclararlo: Galileo no dominaba la óptica y la calidad de su desarrollo fue dudosa.
Pero él construyó un 2do. telescopio, que aumentaba entre 8 y 9 veces el tamaño de los objetos, y lo presentó al Senado de Venecia.
Galileo cedió los derechos de su descubrimiento a la República de Venecia, muy interesada por las aplicaciones militares del objeto.
Le recompensaron confirmándolo de por vida en su puesto en Padua y le aumentaron el salario: ya podía vivir más o menos bien de su propio trabajo.
De todos modos, Galileo reconoció, en marzo de 1610, que, entre más de 60 telescopios que había construido, solamente algunos eran adecuados.
Él llegó a fabricar uno que aumentaba 20 veces el tamaño de los objetos. Comenzó a observar las fases de la Luna, y así descubrió algunos errores de la teoría aristotélica.
La física aristotélica distinguía 2 mundos:
> El sublunar, que comprendía a la Tierra y todo lo que se encontraba entre la Tierra y la Luna, mundo imperfecto y cambiante; y
> El supralunar, que comenzaba desde la Luna hacia el más allá, de formas geométricas perfectas (esferas) y movimientos regulares inmutables (circulares).
En sus observaciones de la Luna, Galileo identificó una zona transitoria entre la sombra y la luz, llamada 'terminador', que no era regular, invalidando la teoría aristotélica y afirmando la existencia de montañas en la Luna, que hasta las estimó de una altura de 7.000 metros.
Luego, Galileo indagó en la Vía láctea, la constelación de Orión, y constató que ciertas estrellas visibles a simple vista eran, en verdad, cúmulos de estrellas. Galileo observó los anillos de Saturno aunque los identifica como extraños 'apéndices', y estudió las manchas solares. También descubrió las fases de Venus.
El 07/01/1610, Galileo descubrió 3 estrellas pequeñas en la periferia de Júpiter. Después rectificó: eran 4 y que giraban alrededor del planeta: los satélites galileanos: Calixto, Europa, Ganimedes e Io. Sin embargo, para mejorar sus ingresos y retornar a Florencia, los llamó "astros mediciens", en honor de Cosme II de Médicis, su antiguo alumno y gran duque de Toscana.
Galileo comenzó a hablar de Cósmica sidera y Medicea sidera, juego de palabras voluntario pensando en Cosme II.
Galileo fue invitado, el 29/03/1611 por el cardenal Maffeo Barberini (futuro papa Urbano VIII) a presentar sus descubrimientos al Colegio pontificio de Roma y a la Academia de los Linces, donde fue admitido como su 6to. miembro.
El 24/04/1611, el Colegio Romano, integrado por jesuitas, entre quienes destacaba Christopher Clavius, confirmó que las observaciones de Galileo eran exactas. Pero no confirmaron sus conclusiones. El conflicto había comenzado.
Según Bertrand Russell, la disputa entre Galileo y la Iglesia Católica fue un conflicto entre el Razonamiento inductivo y el Razonamiento deductivo.
> La inducción basada en la observación de la realidad, propia del método científico que Galileo usó por primera vez, ofreciendo pruebas experimentales de sus afirmaciones y publicando los resultados para que pudiesen ser repetidas,
vs.
> la deducción, a partir de argumentos basados en la autoridad de filósofos como Aristóteles.
Desde 1610 que él observaba a Venus pero demoró la publicación de sus conclusiones hasta El Ensayador, en 1623, si bien hizo circular un criptograma, para asegurar su autoría. Observó las fases, junto a una variación de tamaño, que son sólo compatibles con el hecho de que Venus gire alrededor del Sol. Así refutó completamente el sistema de Ptolomeo, que se volvió insostenible. A los jesuitas del Colegio Romano sólo les quedaba la opción de aceptar el sistema copernicano o buscar otra alternativa. Ellos decidieron refugiarse en el sistema de Tycho Brahe.
En su obra, Diálogo sobre los Sistemas del Mundo, Galileo retomó el argumento de las manchas solares, contra el sistema de Tycho Brahe, el único refugio que quedaba a los geocentristas. Galileo presentó la observación de que el eje de rotación del Sol está inclinado, lo que hace que la rotación de las manchas solares presente una variación estacional. Si es la Tierra la que se mueve, Galileo indicó que basta una explicación con movimientos inerciales: la Tierra en traslación, y el Sol en rotación. Por el contrario, si sólo se mueve el Sol, es necesario que éste realizara 2 movimientos distintos a la vez, en torno también a 2 ejes distintos.
En junio de 1611, el cardenal Roberto Belarmino, quien había hecho quemar a Giordano Bruno, ordenó que la Inquisición realizara una investigación discreta sobre Galileo.
Durante un almuerzo, en la mesa de Cosme II, en septiembre de 1611, ocurrió un intenso entredicho.
Galileo se opuso a los profesores de Pisa y al mencionado Delle Combe, durante lo que se denominó la "batalla de los cuerpos flotantes". Galileo salió victorioso y hasta redactó una obra para presentar su teoría.
Entonces, él publicó, en Florencia, Sidereus Nuncius (El mensajero de las estrellas), resultado de sus primeras observaciones estelares: un golpe muy duro a los aristotélicos, que llegó al choque frontal entre Galileo y los partidarios de la teoría geocéntrica.
En verdad, el regreso a Florencia fue un error. Y ocurrió porque él no escuchó los consejos de sus amigos Sarpi y Sagredo.
Galileo había aceptado, con satisfacción, el puesto de Primer Matemático de la Universidad de Pisa (sin carga de cursos, ni obligación de residencia) y Primer Matemático y Primer Filósofo del gran duque de Toscana.
Así, él decidió no considerar la reflexión de su amigo Sagredo: "El poder y la generosidad de vuestro príncipe [el duque de Toscana] permiten esperar que él sepa reconocer vuestra dedicación y vuestro mérito; pero en los mares agitados actuales, ¿quién puede evitar de ser, yo no diría hundido, pero sí al menos duramente agitado por los vientos furiosos de los celos?".
De pronto, Martin Horky, discípulo del profesor Magini y enemigo de Galileo, publicó, sin consultar a su maestro, un panfleto contra el Sidereus Nuncius. Más allá de los ataques personales, argumentó: "Los astrólogos han hecho sus horóscopos teniendo en cuenta todo aquello que se mueve en los cielos. Por lo tanto los astros mediceos no sirven para nada y, Dios no crea cosas inútiles, estos astros no pueden existir".
Los seguidores académicos de Galileo ridiculizaron a Horky. Convertido en el hazmerreír de la universidad, Horky fue recriminado por Magini pero poco después, un tal Sizzi intentó un ataque similar contra Galileo, quien no comprendía la tormenta que se avecinaba.
Cuando las observaciones de Galileo fueron confirmadas por el Colegio Romano, Ludovico Delle Combe se preguntó si Galileo pretendía interpretar la Biblia para ponerla de acuerdo con sus teorías. En esa época, antes de los trabajos exegéticos del siglo 19, un salmo (Salmo 93:1) era el nudo de la cosmología geocéntrica:
"Jehová reina; se vistió de magnificencia;
Jehová se vistió, se ciñó de poder.
Afirmó también el mundo, y no se moverá.".
En 1612, él publicó su observación de manchas en el Sol. El jesuita Cristopher Shcneider, bajo el pseudónimo de Apelles Latens Post Tábulam, se atribuyó su descubrimiento y comenzó una agria polémica.
Apelles defendió la incorruptibilidad del Sol argumentando que las manchas eran conjuntos de estrellas (planetoides) ubicados entre el Sol y la Tierra.
Galileo sostuvo, con la ayuda de la teoría matemática de los versenos, que las manchas estaban en la superficie del Sol. Más adelante, la Academia de los Linces publicó esa correspondencia el 22/03/1613 con el título de 'Istoria e dimostrazioni intorno alle marchie solari e loro accidenti.
Scheiner terminó adhiriendo a la tesis galileana.
Además, demostró que el Sol estaba en rotación, lo que sugería que también la Tierra podría estarlo.
Pero antes, el 02/11/1612, el monje dominico Niccolo Lorini, profesor de Historia Eclesiástica en Florencia, ofreció un sermón contra la teoría de la rotación de la Tierra.
La teoría católica era utilizar Josué 10:12-14 como arma teológica contra Galileo:
"10:12 Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas:
Sol, detente en Gabaón;
Y tú, Luna, en el valle de Ajalón.
10:13 Y el Sol se detuvo y la Luna se paró,
Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos.
¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el Sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.
10:14 Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel."
En diciembre de 1613, el profesor Benedetto Castelli, antiguo alumno de Galileo y uno de sus colegas en Pisa, fue encargado por la duquesa Cristina de Lorena para probar la ortodoxia de la doctrina copernicana.
Galileo le escribió a su discípulo una carta, el 21/12/1613, acerca de la relación entre ciencia y religión.
La gran duquesa se tranquilizó, pero la controversia se profundizó.
Galileo tuvo tiempo de presentarle a Jean Tarde su microscopio y sus trabajos de astronomía. Casi de inmediato, el sacerdote Caccini atacó muy violentamente a Galileo en la iglesia Santa Maria Novella.
El 06/01/1614 un copernicano, el sacerdote carmelita Paolo Foscarini, publicó una carta defendiendo la opinión de los pitagóricos y de Copérnico sobre la movilidad de la Tierra. La controversia creció y el cardenal inquisidor Roberto Belarmino le escribió a Foscarini condenando sin equívocos la tesis heliocéntrica en ausencia de una refutación concluyente del sistema geocéntrico:
"Y no se puede responder que esto no es materia de fe, porque si no es materia de fe ex parti obiecti (respecto al objeto) es materia de fe ex parte dicentis (por quien lo dice). Y tan herético sería como quien dijera que Abraham no tuvo dos hijos y Jacob doce, o quien dijera que Cristo no nació de Virgen".
En abril de 1615, Galileo escribió a Cristina de Lorena una carta extensa desarrollando sus argumentos en favor de la ortodoxia del sistema copernicano, con los pasajes de las escrituras que poseen problemas desde un punto de vista cosmológico.
Galileo fue obligado a presentarse en Roma para defenderse contra las calumnias y tratar de evitar una prohibición de la doctrina copernicana.
Le faltaba la prueba irrefutable de la rotación de la Tierra.
El Santo Oficio ya había comenzado la instrucción del caso.
A pesar de intentar impedir lo inevitable, Galileo fue convocado el 16/02/1616 por el Santo Oficio para el examen de las proposiciones de censura. Lo vivió como una catástrofe personal. La teoría copernicana fue condenada como "una insensatez, un absurdo en filosofía, y formalmente herética".
El 25/02/1616 y 26/02/1616, la censura fue ratificada por la Inquisición y por el papa Pablo V.
Por lo tanto se le exigió a Galileo exponer su tesis presentándola como una hipótesis y no como un hecho comprobado.
La intransigencia de Galileo a aceptar esa imposición, y siguió rechazando la equivalencia de las hipótesis de Copérnico y de Ptolomeo, precipitó los eventos.
En el corto plazo, toda la controversia con el Vaticano afectó a Galileo profundamente y redujo su actividad científica.
Pero en 1618, él observó el pasaje de 3 cometas, fenómeno que relanza la polémica sobre la incorruptibilidad de los cielos.
En 1619, el padre jesuita Horazio Grassi publicó De tribus cometis ani 1618 disputatio astronomica, defendiendo el punto de vista de Tycho Brahe sobre las trayectorias elípticas de los cometas. Galileo respondió al principio vía su alumno Mario Guiducci, quien publicó Discorso delle comete, en el cual desarrolló una teoría sobre los cometas, afirmando que sólo se trataba de ilusiones ópticas, incluyendo causas de fenómenos meteorológicos.
De inmediato, Horazio Grassi atacó a Galileo mezclando consideraciones científicas e insinuaciones religiosas malvadas y peligrosas en días de la Contrarreforma.
Galileo, animado por su amigo el cardenal Barberini y sostenido por la Academia de los Linces, le respondería con ironía en Il Saggiatore, ridiculizando a Grassi, uno de los jesuitas más importantes.
El 28/02/1621, murió Cosme II, protector de Galileo.
En 1622, en Fráncfort, se publicó una Apología de Galileo, redactada por Tommaso Campanella en 1616. Pero Campanella ya había sido condenado por herejía: no era un buen abogado defensor.
El 06/08/1622, el cardenal Mafeo Barberini fue elegido Papa bajo el nombre de Urbano VIII. Galileo le dedicó Saggiatore. La obra fue un best-seller de la época.
Galileo devino en el representante de los círculos intelectuales romanos en rebelión contra el conformismo intelectual y científico impuesto por los jesuitas.
Luego, Galileo se dedicó a perfeccionar su microscopio compuesto, visitó Roma, donde fue recibido numerosas veces por Urbano VIII, quien le dio la idea de su próximo libro, Diálogo sobre los dos sistemas del mundo, obra que presentaría, a la vez, el sistema aristotélico y el sistema copernicano.
En marzo de 1628, Galileo cayó gravemente enfermo y casi se muere.
Cuando se recuperó, sus adversarios intentaron privarle del salario que recibía de la Universidad de Pisa, pero él logró conservarlo.
Un poco más adelante, la censura le autorizó su Diálogo... justo cuando comenzó a perder la vista.
El 21/02/1632, Galileo, todavía protegido por el papa Urbano VIII y el gran duque de Toscana, Fernando II de Médicis, publicó en Florencia su Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo (Diálogo sobre los principales sistemas del mundo), en el cual se burló, implícitamente, del geocentrismo de Ptolomeo. El texto fue una revolución y un escándalo por la defensa de las ideas de Copérnico.
Muchos autores coinciden en que Galileo no esperaba las reacciones que provocó su libro ni que Urbano XIII se enojara y pasara con fervor al bando de sus enemigos.
Aunque lo tenía prohibido por el decreto de 1616, Galileo presentó 2 nuevas pruebas de carácter experimental y observacional a favor de la teoría copernicana. Esto motivó la intervención de la Inquisición, que sólo le permitía a Galileo el presentar la teoría como mera hipótesis, y no presentar pruebas a su favor.
Por otra parte, los jesuitas del Colegio Romano, especialmente Christopher Steiner y Orazio Grascci, se lanzaron contra Galileo.
Dicen que ellos lanzaron el rumor de que el papa Urbano era un personaje del Diálogo, simpático pero poco brillante, llamado Simplicio. Fue terrible porque en Roma era muy conocida la autoestima del Papa.
Para colmo, Galileo editó su obra en lengua vulgar, y no en latín: la Iglesia Católica detestaba que los textos llegaran directamente al hombre de la calle.
De todos modos el proceso de la Inquisición fue irregular porque el libro ya había sido aprobado por los censores, ¿cómo podían acusarle de introducir doctrinas heréticas sin dejar malparados al Santo Oficio? Entonces, el cargo fue la violación de la prohibición a buscar pruebas de sus teorías.
Galileo, de 68 años, fue obligado a presentarse en Roma. Enfermo y agotado, demoró en acudir argumentando que existía una epidemia de peste que lo retuvo 42 días en Toscana. Aunque presentó certificados médicos alegando esas circunstancias, fue intimado a acudir, si fuese necesario por la fuerza.
El proceso comenzó con un interrogatorio el 09/04/1633: Galileo no reconoció haber recibido expresamente ninguna orden del cardenal Bellarmino de no presentar pruebas a favor de sus hipótesis. El acta respectiva no estaba firmada ni por el cardenal ni por el propio Galileo.
Días después, con pruebas endebles le exigieron confesar, bajo amenazas de tortura. Galileo no estaba para martirios y aceptó confesar ante el tribunal, el 30/04/1633.
Una vez obtenida la confesión, ocurrió la condena, el 21/06/1633.
El 22/06/1633, en el convento romano de Santa Maria sopra Minerva, le fue leída la sentencia: prisión perpetua, y abjurar de sus idea. Tras la abjuración, Urbano VIII conmutó la prisión por arresto domiciliario de por vida.
Giuseppe Baretti afirmó que, después de la abjuración, Galileo dijo: "Eppur si muove" (y sin embargo se mueve).
Pero Stillman Drake afirmó que Galileo nunca pronunció esa frase ya que se encontraba prisionero y era desafiante hacerlo ante el tribunal de cardenales de la Inquisición. Si alguna vez la dijo, fue en otro momento.
El texto de la sentencia fue difundido en Roma el 02/07/1633. Hace 279 años.
En Florencia, el 12/08/1633.
La noticia llegó a Alemania a finales de agosto, en Bélgica en septiembre. Los decretos del Santo Oficio no se publicaron en Francia, pero, por las dudas, René Descartes, quien afirmaba que Galileo era víctima de una venganza de los jesuitas por la afrenta a Grassi en Saggiatore, renunció a publicar Mundo.
Galileo permaneció confinado en su casa de Florencia desde diciembre de 1633 a 1638. Él recibió algunas visitas, y alguna de sus obras en curso de redacción pudo llegar al público vía Estrasburgo y París.
En 1636, Luis Elzevier recibió un boceto de los Discursos sobre dos nuevas ciencias, el último libro de Galileo, con los fundamentos de la mecánica, el final de la física aristotélica, y las bases de la resistencia de los materiales.
El 04/07/1637 perdió la vista de su ojo derecho.
El 02/01/1638, Galileo quedó ciego.
Dino Peri fue autorizado a vivir en casa de Galileo para asistirlo junto con el padre Ambrogetti. Ellos tomaron nota de la 6ta. y última parte de los Discursos. La obra completa fue publicada en julio de 1638 en Leiden (Holanda) y en París. Descartes envió sus observaciones a Mersenne, el editor parisino.
Galileo fue autorizado a mudarse a San Giorgio, cerca del mar, donde quedaría hasta su muerte, rodeado de sus discípulos (Viviani, Torricelli, Peri), trabajando en la astronomía y otras ciencias.
A fines de 1641, Galileo trató de aplicar la oscilación del péndulo a los mecanismos del reloj.
Galileo murió el 08/01/1642, en Arcetri, a los 77 años. Un mausoleo fue construido en su honor el 13/03/1736 en la iglesia de la Santa Cruz de Florencia.
Para Stephen Hawking, Galileo probablemente sea, más que cualquier otro, el máximo responsable del nacimiento de la ciencia moderna. Albert Einstein lo llamó Padre de la ciencia moderna.
376 años después de su condena y la prohibición de sus libros, y aprovechando los eventos del Año de la Astronomía, el Vaticano celebró el 15/02/2009 una misa en su honor, oficiada por monseñor Gianfranco Ravasi y promovida por la Federación Mundial de Científicos. También organizó un congreso internacional sobre Galileo Galilei.(U24)
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