ELMUNDO.ES (POR MARÍA VALERIO )
Con su llegada al mundo de la cosmética en la década de los 70, las lámparas de bronceado no dejaron de crecer en todo el mundo gracias al atractivo del 'moreno artificial' que obtenían. Sin embargo, una vez conocidos sus riesgos para la piel, la restricción de su uso está siendo mucho más lenta que su implantación.
Un análisis que acaba de publicar la revista 'Archives of Dermatology'señala que, lentamente, cada vez más países apuestan por restringir el uso de cabinas de rayos UVA en menores de edad. De los dos únicos países que prohibían a los menores de 18 el moreno artificial en 2003 (Francia y Brasil) se ha pasado a 11 en el año 2011, incluida España.
Junto a nuestro país, y los mencionados Brasil y Francia, Portugal, Alemania, Austria, Bélgica, Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia han implantado en la última década legislaciones dirigidas aprohibir las cabinas de rayos UVA a menores de 18 años. En EEUU, sólo California prohíbe broncearse a los menores.
A pesar de que desde 2002 esta práctica está prohibida a menores en nuestro país (en virtud del Real Decreto 1002/2002, que señala explícitamente que "las exposiciones a los ultravioletas artificiales están prohibidas a los menores de 18 años y desaconsejadas a las mujeres embarazadas"), los especialistas han reclamado siempre sanciones estrictas para impedir los daños cutáneos que pueden sufrir los más jóvenes, cuya piel es especialmente sensible a las radiaciones.
Tumores por la radiación
Precisamente, otro estudio que publica esta misma semana la revista'British Medical Journal' alerta de que el 5,4% de los casos de cáncer de piel que se producen al año en Europa está causado por las cabinas de rayos UVA (en total, unos 3.500 diagnósticos anuales).
Según este análisis de investigadores franceses e italianos, los usuarios de estas lámparas tienen un 20% más de riesgo de sufrir un melanoma, una cifra que se elevaba hasta un 87% en el caso de las personas que empezaron a radiarse antes de los 35 años.
Más jóvenes, más sensibles
Y a pesar de las restricciones en estos 11 países, como reconocen los autores del estudio (dirigido por Mary Pawlak), demasiados territorios siguen permitiendo a esta población usar las cabinas de bronceado, con el riesgo que eso puede suponer para su piel.
De hecho, admiten, empiezan a realizarse estudios en la actualidad sobre los beneficios que podría tener para la población extender estas prohibiciones. "Por ejemplo, esta restricción permitiría evitar entre 18 y 30 melanomas por cada 100.000 habitantes sólo en Australia y unos costes sanitarios de unos 250.000 dólares", señalan.
Pero mientras ese tipo de leyes se instauran definitivamente en todo el mundo, los dermatólogos apuestan por medidas educativas, pero también por penalizar estas cabinas con impuestos especiales o mediante prohibiciones que impidan el marketing directo a la población más joven.
De hecho, en el estudio de BMJ se critica que la industria de los rayos UVA ha demostrado no ser capaz de una adecuada autoregulación, ofreciendo en ocasiones información parcial a lso consumidores. Por lo que solicitan restricciones en el uso a los menores de edad, coincidiendo así con sus colegas.
Oficialmente cancerígeno
Se calcula que en 2001, al menos el 57% de las mujeres suecas se habían bronceado con rayos UVA y hasta el 20% de los jóvenes de 18 a 29 años había recurrido a esta práctica en una encuesta realizada en EEUU en 2005.
Entre los riesgos a largo plazo de este hábito cosmético, los daños de la piel son los más conocidos, pera también aumenta el riesgo de cataratas, envejecimiento prematuro e inmunosupresión. Sólo en EEUU se calcula que un 20% de la población desarrollará un tumor cutáneo a lo largo de su vida.
De hecho, la preocupación creciente de las autoridades por los riesgos asociados a estas cabinas se puso de manifiesto especialmente en 2009, cuando la Organización Mundial de la Salud incluyó las cabinas de bronceado en su lista de sustancias y compuestos cancerígenos para el ser humano.
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