La música alta – una advertencia que estamos acostumbrados a tomar como un hecho. Pero, sorprendentemente, poca investigación se ha hecho realmente la forma en que la exposición continuada a música a alto volumen afecta nuestros oídos en el largo plazo, y los resultados que tenemos no son concluyentes.
Un nuevo proyecto de investigación que tendrá lugar en el Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR) Unidad Nacional de Investigación Biomédica en la Audiencia, con sede en la Universidad de Nottingham, es el primero en examinar de forma explícita el efecto de largo plazo la exposición a música a alto volumen. Los investigadores están buscando reclutar a 2.000 voluntarios de una “generación de más edad de los oyentes de música” en un estudio a gran escala que es la primera de su tipo en el mundo.
Un nuevo proyecto de investigación que tendrá lugar en el Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR) Unidad Nacional de Investigación Biomédica en la Audiencia, con sede en la Universidad de Nottingham, es el primero en examinar de forma explícita el efecto de largo plazo la exposición a música a alto volumen. Los investigadores están buscando reclutar a 2.000 voluntarios de una “generación de más edad de los oyentes de música” en un estudio a gran escala que es la primera de su tipo en el mundo.
Los voluntarios realizan la prueba en línea de 20 minutos a través del portal de Internet de la unidad de investigación. Un cuestionario anónimo primero recoge los datos sobre el estado de la audición, otros factores que pueden haber causado daños en el oído y – más importante – una historia de vida a lo largo de la exposición a la música en diferentes ambientes, incluyendo conciertos, pubs, discotecas y el uso de reproductores de música personales.
Los investigadores están especialmente interesados en atraer a las personas que trabajan en ambientes tranquilos, para descartar algunos de los factores alternativos en la pérdida de audición. Ellos están buscando el apoyo de las grandes empresas para promover el estudio de su personal. Los voluntarios deben tener entre 30 y 65 años – la edad suficiente para haber estado expuestos a más música a todo volumen que el adolescente promedio, pero lo suficientemente joven como para ser afectado por la pérdida de audición relacionada con la edad.
Estudiante de doctorado Roberto Mackinnon está llevando a cabo el estudio. “Aunque con frecuencia se nos advierte sobre los riesgos de la música fuerte en la cultura popular y medios de comunicación, en la actualidad la amenaza sigue siendo exactamente eso -. Un riesgo Simplemente no hay suficiente evidencia científica en la actualidad para confirmar o descartar de manera convincente el peligro de la música- pérdida de audición inducida.
“La única manera de evaluar el riesgo es para reunir pruebas en concreto de una generación anterior de los oyentes de música que no acaban de tener algunas exposiciones a música a alto volumen, pero han pasado toda una vida potencialmente exponerse a él.
“Los resultados de este estudio no sólo se utilizará para ayudar a responder la pregunta de si la exposición de música es perjudicial, pero la cantidad es perjudicial Esto nos permitirá comenzar a definir mejor los límites de seguridad para escuchar -.. Es mejor prevenir que curar”. (Medical Press)
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