EUROPA PRESS . En Europa se producen anualmente unas 400.000 casos de infecciones por bacterias multiresistentes, más de 2.500.00 estancias hospitalarias adicionales y fallecen más de 25.000 personas a causa de estas multirresistencias, según ha informado el Instituto de Salud Carlos III, con motivo de la celebración, este viernes, del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos.
Y es que, sólo en España, el laboratorio de antibióticos del Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III, ha observado que cerca de un tercio de las infecciones de sangre producidas por 'Escherichia coli' -la bacteria que causa mayor número de infecciones en patología humana- son resistentes a la vez a dos de las familias de antibióticos más importantes: fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera generación.
No obstante, los antibióticos, descubiertos en la década de los 30 del pasado siglo han supuesto el freno para miles de enfermedades infecciosas para las que hasta entonces, no había cura. Sin embargo, su uso inadecuado y su abuso han contribuido a que los microrganismos a los que tienen que combatir, fundamentalmente bacterias, se conviertan en "resistentes" a su mecanismo de actuación y pongan en riesgo la vida de miles de personas al año.
"El uso prudente de los antibióticos es una estrategia efectiva para la reducción del desarrollo de las resistencias y su diseminación. El uso prudente significa que sólo deben usarse los antibióticos cuando verdaderamente se necesitan. Siempre bajo prescripción médica, con la dosis correcta e intervalos de dosificación y duración del tratamiento adecuados", ha explicado el miembro del Centro Nacional de Microbiología, José Campos Marqués.
Por ello, el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC) ha advertido de que el uso prudente no sólo atañe al usuario sino que, además, debe de llevarse a cabo en todos aquellos ámbitos en que se utilicen antibióticos, tanto en medicina humana como veterinaria, por lo que, a su juicio, es responsabilidad de "todos los implicados y no sólo de los pacientes".
Prioridad del Centro Nacional de Microbiología
Según los datos que maneja el ECDC, obtenidos de las Redes Europeas para la Vigilancia de la Resistencia (EARS-Net), con registros de infecciones bacterianas de unos 100.000 pacientes europeos al año y de los antibióticos en humanos (ESAC-Net), hay un aumento creciente de la resistencia a antibióticos, sobre todo en las llamadas 'bacterias gram negativas' que causan numerosas infecciones en el hospital y en la comunidad como, por ejemplo, 'Klebsiella pneumoniae' y 'Escherichia coli'.
Este hecho, según aseguran los expertos, puede significar que las opciones del tratamiento de infecciones causadas por las bacterias resistentes se encuentra cada vez más limitadas. Además, según ESAC-Net el uso de algunas familias de antibióticos considerados como la última opción como los carbapenémicos ha experimentado un gran aumento en Europa.
"La resistencia a los antibióticos es una amenaza para la salud y la seguridad de los ciudadanos, ya que las infecciones por bacterias resistentes con frecuencia conducen a un retraso en la instauración de la terapia antibiótica adecuada, con el riesgo del aumento de la morbilidad y mortalidad, así como una mayor duración de la estancia hospitalaria, con el consiguiente aumento de costes", ha zanjado Campos Marqués.
No obstante, los antibióticos, descubiertos en la década de los 30 del pasado siglo han supuesto el freno para miles de enfermedades infecciosas para las que hasta entonces, no había cura. Sin embargo, su uso inadecuado y su abuso han contribuido a que los microrganismos a los que tienen que combatir, fundamentalmente bacterias, se conviertan en "resistentes" a su mecanismo de actuación y pongan en riesgo la vida de miles de personas al año.
"El uso prudente de los antibióticos es una estrategia efectiva para la reducción del desarrollo de las resistencias y su diseminación. El uso prudente significa que sólo deben usarse los antibióticos cuando verdaderamente se necesitan. Siempre bajo prescripción médica, con la dosis correcta e intervalos de dosificación y duración del tratamiento adecuados", ha explicado el miembro del Centro Nacional de Microbiología, José Campos Marqués.
Por ello, el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC) ha advertido de que el uso prudente no sólo atañe al usuario sino que, además, debe de llevarse a cabo en todos aquellos ámbitos en que se utilicen antibióticos, tanto en medicina humana como veterinaria, por lo que, a su juicio, es responsabilidad de "todos los implicados y no sólo de los pacientes".
Prioridad del Centro Nacional de Microbiología
Según los datos que maneja el ECDC, obtenidos de las Redes Europeas para la Vigilancia de la Resistencia (EARS-Net), con registros de infecciones bacterianas de unos 100.000 pacientes europeos al año y de los antibióticos en humanos (ESAC-Net), hay un aumento creciente de la resistencia a antibióticos, sobre todo en las llamadas 'bacterias gram negativas' que causan numerosas infecciones en el hospital y en la comunidad como, por ejemplo, 'Klebsiella pneumoniae' y 'Escherichia coli'.
Este hecho, según aseguran los expertos, puede significar que las opciones del tratamiento de infecciones causadas por las bacterias resistentes se encuentra cada vez más limitadas. Además, según ESAC-Net el uso de algunas familias de antibióticos considerados como la última opción como los carbapenémicos ha experimentado un gran aumento en Europa.
"La resistencia a los antibióticos es una amenaza para la salud y la seguridad de los ciudadanos, ya que las infecciones por bacterias resistentes con frecuencia conducen a un retraso en la instauración de la terapia antibiótica adecuada, con el riesgo del aumento de la morbilidad y mortalidad, así como una mayor duración de la estancia hospitalaria, con el consiguiente aumento de costes", ha zanjado Campos Marqués.
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