El trabajo se publicó en la revista ‘Toxicology and Applied Pharmacology’
Equipos de la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto de Investigación del Hospital La Paz y la Universidad Complutense de Madrid han obtenido resultados que demuestran que la administración prolongada de pequeñas concentraciones de mercurio es capaz de cambiar la estructura de las arterias. UAM
El mercurio es un metal pesado que se encuentra de manera natural en nuestro entorno. Así, es frecuente encontrarlo en forma de metilmercurio en algunos pescados o mariscos que ingerimos.
Investigadores de la Red española de Investigación Cardiovascular han demostrado recientemente que la administración prolongada de pequeñas concentraciones de este compuesto es capaz de cambiar la estructura de las arterias.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Toxicology and Applied Pharmacology, los cambios arteriales se producirían por la disminución del tamaño y el aumento del número de uno de los principales tipos de células vasculares: las células musculares lisas.
Los investigadores lograron clarificar los mecanismos responsables de estos cambios mediante la utilización de modelos animales y cultivos celulares.
Según constatan en su estudio, la exposición a bajas dosis de mercurio aumenta los niveles de una proteína inflamatoria —la ciclooxigenasa-2 (COX-2)— y de una proteína productora de estrés oxidativo —la NADPH Oxidasa—.
“Los productos de estas proteínas son los responsables de producir cambios en la morfología y en el número de células musculares lisas. Los cambios se producen a través de dos rutas de señalización intracelular, conocidas como ERK1/2 y p38”, señalan miembros del grupo responsable del estudio.
El estudio fue realizado por el equipo que dirige Mercedes Salaices, catedrática de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) asociada al Instituto de Investigación del Hospital La Paz, en colaboración con los grupos de Teresa Tejerina y Victoria Cachofeiro de la Universidad Complutense de Madrid.
Estudios experimentales
Para llegar a sus conclusiones, los autores emplearon ratas a las que se administró mercurio durante 30 días a concentraciones bajas. Posteriormente, analizaron las arterias aorta y mesentéricas.
Para profundizar en los mecanismos moleculares, obtuvieron células musculares lisas de la aorta y las cultivaron en el laboratorio, exponiéndolas a mercurio y analizando posteriormente la proliferación celular, la morfología y las diferentes proteínas y genes implicados.
Estos estudios son la continuación de otros realizados por los mismos grupos que demuestran que la administración de mercurio también induce alteraciones en la funcionalidad de las arterias.
La relevancia de los hallazgos encontrados por estos investigadores reside en un mayor conocimiento de los mecanismos que pudieran ser responsables del efecto que la exposición prolongada a mercurio (incluso en bajas dosis) pueda producir sobre el sistema cardiovascular.
De hecho, apoyados en distintos trabajos epidemiológicos, los autores señalan que el mercurio podría ser un factor de riesgo ambiental para la enfermedad cardiovascular produciendo hipertensión, enfermedad coronaria, disfunción renal, aterosclerosis e infarto de miocardio. SINC
Referencia bibliográfica: Aguado A, Galán M, Zhenyukh O, Wiggers GA, Roque FR, Redondo S, Peçanha F, Martín A, Fortuño A, Cachofeiro V, Tejerina T, Salaices M, Briones AM. Mercury induces proliferation and reduces cell size in vascular smooth muscle cells through MAPK, oxidative stress and cyclooxygenase-2 pathways. Toxicol Appl Pharmacol. 2013 Apr 15;268(2):188-200. doi: 10.1016/j.taap.2013.01.030.
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