La exposición a la luz intensa podría prevenir infartos o tratar a personas con ese padecimiento, según los resultados iniciales de un estudio difundido este viernes.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, descubrieron que la exposición a la luz activa una proteína llamada Período 2 (Per2), que desempeña un papel clave cuando una persona se encuentra infartada porque interviene en el cambio metabólico de grasa a glucosa.
Cuando ocurre un ataque cardíaco el corazón no recibe suficiente oxígeno porque se bloquea el flujo sanguíneo, explicaron científicos en la revista Nature Medicine.
Para obtener energía, el corazón reemplaza su combustible usual, la grasa por glucosa, pero si no se produce esa conversión las células mueren y el corazón queda dañado.
Durante un ensayo realizado con ratones, los científicos observaron que con la luz intensa se produjo la necesaria transformación de grasa a glucosa lo que dañó menos el músculo cardíaco.
Según los expertos, este hallazgo se basa en el ritmo cicardiano asociado a la luz y la oscuridad.
El ritmo cicardiano se encuentra regulado por proteínas que ocurren en varios órganos, entre los que se encuentra el corazón. Aún los científicos desconocen como la proteína mejora la eficiencia de la conversión de grasa en glucosa y desconocen si la luz intensa puede tener el mismo efecto en humanos que en ratones.
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