La regulación de la producción, distribución y venta de cannabis en Uruguay ha intensificado el debate sobre la peligrosidad o inocuidad del consumo de cannabis. ¿Qué dicen científicos alemanes acerca de esto?
En un estudio, científicos de la Universidad Libre de Berlín afirman, con base en entrevistas a 1.458 consumidores, que es posible detener el consumo de cannabis prácticamente en cualquier fase de uso. En concreto, el tránsito de una vida individual a una de pareja o familiar incrementa la posibilidad de abandono del consumo de cannabis. Con esto, además, disminuye notablemente la probabilidad de que el consumidor use otras drogas ilegales.
Se investigó tanto los patrones de consumo, como las consecuencias que el uso de cannabis ocasiona en la conducta de las personas. Se detectó, en primer lugar, hay tres tipos principales de consumidor: el individual, que usa cannabis solo y en su hogar; el que consume cannabis socialmente y en un promedio de seis días a la semana; y el consumidor intensivo, que usa la yerba incluso en horas de trabajo y elige las variantes más fuertes y puras del producto.
“Cuando se habla de consumo regular, puede ser que se trate de uso solamente los fines de semana, pero también hay personas que consumen cannabis cuatro veces al día. Hay, pues, grandes diferencias a tomar en cuenta, también en cuanto a las repercusiones que este consumo causa”, dice la Prof. Dr. Renate Soellner, coautora del estudio berlinés, en entrevista con DW.
Vacíos de conocimiento
La científica aclara por qué hay tantos huecos en el conocimiento de los posibles daños que causa el consumo de marihuana en el cerebro o en otras partes del organismo: “Para poder establecer estas consecuencias, tendríamos que hacer experimentos con un grupo de personas a las cuales se suministrara cannabis durante mucho tiempo, y otro grupo al cual no. Al final tendríamos que definir si el consumo de cannabis contribuye a alterar determinados órganos o funciones del cuerpo. No es posible hacer este tipo de experimento. No sería éticamente correcto”.
Así, los conocimientos que se tienen se enfocan sobre todo a las repercusiones del consumo de cannabis en la conducta del usuario. Según el estudio berlinés, la adicción al cannabis está conectada con la adicción a otras sustancias psicoactivas. De los consumidores que hacen uso exclusivo de cannabis, sólo dos por ciento fue considerado como adicto según los parámetros establecidos por los científicos alemanes. En cambio, la tasa de adicción se incrementó hasta un 20 por ciento entre quienes consumían intensamente otras drogas “fuertes” además de la marihuana.
Dada la variedad en los tipos de consumo y de consumidores, el estudio revierte la pregunta en cuanto al uso de la marihuana: el estudio no ve relación estadística comprobable entre la cantidad y frecuencia de uso, y la adicción al cannabis. En cambio, la adicción sí está relacionada con factores que predeterminan los niveles de consumo; por ejemplo, el comienzo del uso de cannabis a una temprada edad.
El debate continúa
En Estados Unidos, el National Institute of Drug Abuse (NIDA) afirma que “el consumo de marihuana deteriora la capacidad para crear recuerdos nuevos”. Además, el cannabis “entorpece la coordinación y equilibrio al adherirse a los receptores del cerebelo y los ganglios basales”.
“Los consumidores de dosis altas de marihuana pueden experimentar una psicosis aguda, que incluye alucinaciones, delirio y una pérdida del sentido de la identidad personal o autorreconocimiento”, dice el NIDA. Pero al mismo tiempo, el organismo admite: “Nuestra comprensión de los efectos a largo plazo de la marihuana en el cerebro es limitada. Los resultados de las investigaciones sobre cómo el consumo crónico del cannabis afecta la estructura del cerebro, por ejemplo, han sido inconsistentes.”
En Alemania, el Observatorio para las Drogas y las Adicciones señala que el uso de cannabis “puede traer consigo problemas respiratorios, enfermedades mentales y adicción.” Al mismo tiempo, advierte que algunos cannabinoides sintéticos pueden ser “extremadamente potentes, y esto ha causado un aumento en los reportes de casos con consecuencias agudas adversas.”
La posición del gobierno federal alemán ante el consumo de marihuana ha sido manifestada por la Encargada para las Drogas, Marlene Mortler: “El consumo regular de cannabis puede traer consigo considerables para la salud, incluyendo males psíquicos y adicción. Por eso, la legalización no es el camino adecuado, sino un adecuado trabajo educativo.” Fuente: DW Ciencia
La científica aclara por qué hay tantos huecos en el conocimiento de los posibles daños que causa el consumo de marihuana en el cerebro o en otras partes del organismo: “Para poder establecer estas consecuencias, tendríamos que hacer experimentos con un grupo de personas a las cuales se suministrara cannabis durante mucho tiempo, y otro grupo al cual no. Al final tendríamos que definir si el consumo de cannabis contribuye a alterar determinados órganos o funciones del cuerpo. No es posible hacer este tipo de experimento. No sería éticamente correcto”.
Así, los conocimientos que se tienen se enfocan sobre todo a las repercusiones del consumo de cannabis en la conducta del usuario. Según el estudio berlinés, la adicción al cannabis está conectada con la adicción a otras sustancias psicoactivas. De los consumidores que hacen uso exclusivo de cannabis, sólo dos por ciento fue considerado como adicto según los parámetros establecidos por los científicos alemanes. En cambio, la tasa de adicción se incrementó hasta un 20 por ciento entre quienes consumían intensamente otras drogas “fuertes” además de la marihuana.
Dada la variedad en los tipos de consumo y de consumidores, el estudio revierte la pregunta en cuanto al uso de la marihuana: el estudio no ve relación estadística comprobable entre la cantidad y frecuencia de uso, y la adicción al cannabis. En cambio, la adicción sí está relacionada con factores que predeterminan los niveles de consumo; por ejemplo, el comienzo del uso de cannabis a una temprada edad.
El debate continúa
En Estados Unidos, el National Institute of Drug Abuse (NIDA) afirma que “el consumo de marihuana deteriora la capacidad para crear recuerdos nuevos”. Además, el cannabis “entorpece la coordinación y equilibrio al adherirse a los receptores del cerebelo y los ganglios basales”.
“Los consumidores de dosis altas de marihuana pueden experimentar una psicosis aguda, que incluye alucinaciones, delirio y una pérdida del sentido de la identidad personal o autorreconocimiento”, dice el NIDA. Pero al mismo tiempo, el organismo admite: “Nuestra comprensión de los efectos a largo plazo de la marihuana en el cerebro es limitada. Los resultados de las investigaciones sobre cómo el consumo crónico del cannabis afecta la estructura del cerebro, por ejemplo, han sido inconsistentes.”
En Alemania, el Observatorio para las Drogas y las Adicciones señala que el uso de cannabis “puede traer consigo problemas respiratorios, enfermedades mentales y adicción.” Al mismo tiempo, advierte que algunos cannabinoides sintéticos pueden ser “extremadamente potentes, y esto ha causado un aumento en los reportes de casos con consecuencias agudas adversas.”
La posición del gobierno federal alemán ante el consumo de marihuana ha sido manifestada por la Encargada para las Drogas, Marlene Mortler: “El consumo regular de cannabis puede traer consigo considerables para la salud, incluyendo males psíquicos y adicción. Por eso, la legalización no es el camino adecuado, sino un adecuado trabajo educativo.” Fuente: DW Ciencia
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