¿Por qué sentimos alivio cuando estornudamos pero no cuando tosemos?
Cuando estornudamos contraemos todos los músculos a la vez. Esta contracción genera una acumulación de tensión que se volvería muy incómoda si no se liberara en una fracción de segundo.
El contraste entre la tensión acumulada y su liberación es lo que nos da esa sensación de bienestar.
Un ataque de tos puede ser similar, pero no acumulamos la tensión de la misma manera sino que ocurre de forma más prolongada.
Un estornudo resuelve la picazón que lo provocó mientras que la tos suele empeorar las cosas.
¿Por qué los seres humanos perdimos la habilidad de producir vitamina C?
La mayoría de los animales y las plantas producen su propia vitamina C o ácido ascórbico, excepto algunas aves y peces que carecen de la enzima que se necesita para fabricarla, y algunos pocos mamíferos incluido el ser humano.
Las mutaciones que causaron la pérdida de esta enzima ocurrieron hace cerca de 25 millones de años. Una teoría apunta a que nuestros ancestros primates tenían una dieta tan rica en vitamina C que podían ahorrar energía si la dejaban de producir.
Otra sostiene que este cambio aceleró la evolución de algunos primates: la vitamina C protege al ADN, por eso, al no producir vitamina C, aumentó la velocidad de las mutaciones.
Si no comemos suficiente carne cruda, vísceras, vegetales verdes o cítricos, sufriremos por la falta de vitamina C.
Si nos falta, no podremos producir colágeno, nuestros tejidos conectivos y nuestros vasos sanguíneos se romperán y perderemos los dientes.
El contraste entre la tensión acumulada y su liberación es lo que nos da esa sensación de bienestar.
Un ataque de tos puede ser similar, pero no acumulamos la tensión de la misma manera sino que ocurre de forma más prolongada.
Un estornudo resuelve la picazón que lo provocó mientras que la tos suele empeorar las cosas.
¿Por qué los seres humanos perdimos la habilidad de producir vitamina C?
La mayoría de los animales y las plantas producen su propia vitamina C o ácido ascórbico, excepto algunas aves y peces que carecen de la enzima que se necesita para fabricarla, y algunos pocos mamíferos incluido el ser humano.
Las mutaciones que causaron la pérdida de esta enzima ocurrieron hace cerca de 25 millones de años. Una teoría apunta a que nuestros ancestros primates tenían una dieta tan rica en vitamina C que podían ahorrar energía si la dejaban de producir.
Otra sostiene que este cambio aceleró la evolución de algunos primates: la vitamina C protege al ADN, por eso, al no producir vitamina C, aumentó la velocidad de las mutaciones.
Si no comemos suficiente carne cruda, vísceras, vegetales verdes o cítricos, sufriremos por la falta de vitamina C.
Si nos falta, no podremos producir colágeno, nuestros tejidos conectivos y nuestros vasos sanguíneos se romperán y perderemos los dientes.
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