(U24) - El fundamentalismo religioso y el abuso infantil podrían en un futuro no tan lejano ser tratados del mismo modo que se hace con las enfermedades mentales, afirmó recientemente la prestigiosa neuróloga británica Kathleen Taylor.
Taylor, prestigiosa neuróloga de la Universidad de Oxford, hizo estas declaraciones al hablar sobre el futuro de la neurología en el festival literario y de artes Hay Festival en Gales.
"Una de las sorpresas [en el futuro] podría ser que se considere a gente con ciertas creencias como personas que pueden recibir tratamiento médico", explicó la científica.
A su juicio, el hecho de radicalizarse en una ideología relacionada con un culto podría dejar de considerarse una elección personal y comenzar a ser tratado en los próximos años como un trastorno mental".
"No estoy hablando sólo de los candidatos obvios, como creyentes en el islamismo radical o en sectas más extremas", señaló la neurocientífica. "Estoy hablando de cosas como la creencia de que está bien pegar a sus hijos. Estas creencias son muy perjudiciales, pero normalmente no se clasifican como enfermedad mental", agregó Taylor, quien sostuvo que catalogar estas conductas sería "muy positivo".
Esta no es la primera vez Taylor ha explorado los procesos de la mente de un radical. En 2006, escribió un libro sobre el control de la mente llamado lavado de cerebro: La ciencia de Control del Pensamiento , que exploró la ciencia detrás de las tácticas persuasivas de grupos tales como los cultos y Al Qaeda.
Taylor es autora de varios libros de divulgación científica. En uno de ellos titulado 'The Brain Supremacy' ('La Supremacía del Cerebro') advierte que la comunidad científica "debería tener mucho cuidado a la hora de desarrollar nuevas tecnologías que puedan manipular directamente el cerebro".
"Las tecnologías que cambian profundamente nuestra relación con el mundo que nos rodea no pueden ser simplemente herramientas que se utilicen para el bien o el mal si se altera nuestra percepción básica de lo que es bueno o no".
Taylor es autora de varios libros de divulgación científica. En uno de ellos titulado 'The Brain Supremacy' ('La Supremacía del Cerebro') advierte que la comunidad científica "debería tener mucho cuidado a la hora de desarrollar nuevas tecnologías que puedan manipular directamente el cerebro".
"Las tecnologías que cambian profundamente nuestra relación con el mundo que nos rodea no pueden ser simplemente herramientas que se utilicen para el bien o el mal si se altera nuestra percepción básica de lo que es bueno o no".
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