Si todo sale bien, algún día en el futuro las listas de espera para trasplantes serán un recuerdo del pasado y nadie deberá sufrir esa incertidumbre tan penosa. La impresión 3D puede que tenga mucho que ver con la creación de órganos artificiales trasplantables y totalmente funcionales, y para mostrar que vamos en el camino correcto, un grupo de científicos lograron crear mini riñones vivos y funcionales con impresión 3D Una de las noticias más esperadas en el ámbito de la salud es el logro técnico que dé luz sobre la posibilidad de desarrollar órganos artificiales completamente funcionales para ser trasplantados a los pacientes que los requieran. Por ahora los logros son muy limitados, pero sí es cierto que la ciencia ha podido dar con una forma de crear hígados artificiales a través de la impresión 3D. Las capacidades de ese órgano artificial no están tan lejos de las condiciones ideales para trasplante, pero todavía hay un trecho tecnológico que recorrer. Haciendo justamente ese camino, los científicos de la Universidad de ciencia y tecnología de Huazhong han subido el listón un poco más y han logrado dar con riñones vivos y trasplantables con impresión 3D . La noticia ha puesto de buen humor a toda la comunidad médica, pero también a los pacientes que están en las listas de espera.
Al igual que los hígados humanos impresos en el pasado, estos riñones son miniaturas, y por ello mismo inviables para el trasplante humano. Lo que es de destacar es que el 90% de las células impresas son vivas, por lo que el potencial de funcionamiento en un ser humano ha escalado considerablemente. El proceso por el cual se crean a través de un gel compuesto por hidrogel, un material basado en agua y rica nutrición que actúa como la base de los riñones a la hora de imprimirse, y por muestras de riñón humano cultivadas, las que producen masivas cantidades de células vivas. Estas células vivas impresas puede sobreviven hasta 4 meses en un tanque del laboratorio gracias al gel que utilizan como fuente de nutrientes.
La característica principal de este método de impresión de células vivas es justamente la vida que tienen y el espacio vital que necesitan para crecer. Esto hace a este tipo de impresión 3D muy diferente a la tradicional, donde se utiliza un tipo de plástico que no tiene vida y por lo tanto no crece. Es decir, tiene un tamaño fijo y fácil de mensurar. A nivel funcionamiento, estos riñones impresos en 3D se muestran sumamente activos, desarrollando las mismas tareas vitales que los riñones reales: como ser la descomposición de toxinas y la metabolización y secreción de fluidos. Por ahora su tamaño y sus limitaciones nos alejan de ese futuro en el que se podrá dar combate no sólo a la falta de donantes de órganos y a las muertes que se producen por ello, sino también al mercado negro de órganos y la especulación económica de las pre-pagas. (Digg)
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