Una 'start-up' llamada Genome Liberty está desarrollando un test genético que pondrá directamente a disposición de los consumidores para medir la capacidad del individuo de metabolizar los fármacos.
POR SUSAN YOUNG TRADUCIDO POR LÍA MOYA (OPINNO)
Una start-up de genética personal cree que hay una serie de variantes del ADN que todo el mundo debería conocer: las que ayudan a determinar cómo responde uno a los medicamentos.
Genome Liberty, una start-up con sede en Nueva Jersey (EE.UU.) quiere poner a disposición de sus clientes un test que cuesta 99 dólares (unos 75 euros) y les informa, basándose en su código genético, si deben consumir una dosis no estándar de un medicamento porque su cuerpo lo descompondrá más rápido o más lento que la mayoría de las personas. En algunos casos el test podría sugerir un determinado medicamento que alguien debería tomar o evitar. "La idea es que tengas una tarjeta que lleves en la cartera o en una aplicación para iPhone que diga qué medicamentos no debes tomar", explica el cofundador de la empresa, Jeffrey Rosenfeld, científico del genomas en la Universidad Rutgers (EE.UU.)
La empresa ofrecería esos tests directamente a los consumidores, que a su vez podrían pasar cualquier información relevante a sus médicos, según Rosenfeld.
Genome Liberty no es la primera empresa que ofrece este tipo de tests. La empresa de genética de consumo 23andMe también ofrece algunas pruebas de respuesta a medicamentos en su análisis del genoma, que también incluye pruebas para cosas cono el color de los ojos y el riesgo genético de desarrollar algunas enfermedades graves. Rosenfeld afirma que Genome Liberty quería un test más específico. "La idea es dar información que se pueda utilizar, sobre la que puedas actuar", sostiene.
Los consumidores que reciban el test de respuesta a los medicamentos de Genome Liberty, enviarán una muestra de saliva al laboratorio de la empresa. La empresa analiza el genoma en busca de variaciones en el ADN de 11 genes de enzimas del hígado, que son una subserie de las decenas de genes que codifican enzimas para el metabolismo de los medicamentos. Las enzimas del hígado procesan los fármacos y pueden desactivar o activar los medicamentos, dependiendo de la fórmula. Cada persona porta distintas versiones o cantidades de muchas de estas enzimas, lo que puede afectar a cómo responden a los medicamentos. Algunos pacientes pueden procesar un medicamento más rápidamente o más lentamente, o puede que no lo procesen siquiera.
Genome Liberty afirma que variantes en esas 11 enzimas pueden afectar a la actividad de casi 80 medicamentos en el cuerpo. El test "le dirá a la gente qué medicamentos deben tomar y cuáles deben evitar basándose en marcadores en su ADN", explica Rosenfeld.
La empresa está usando un sitio de crowdfunding para recaudar el dinero necesario para desarrollar su test, que ya se puede reservar. La decisión reciente del Tribunal Supremo de Estados Unidos que limita las reclamaciones de patentes que pueden hacer las empresas sobre los genes (ver "La Corte Suprema de EE.UU. sentencia que los genes humanos 'naturales' no pueden patentarse") han servido para que Genome Liberty se decidiera a lanzarse. "Nos preocupaba poder arrancar con esta empresa o no", afirma Rosenfeld. Hasta que no se tomó aquella decisión, explica, la mayoría de los genes estaban cubiertos por una patente.
Aún no se sabe si los tests genéticos vendidos directamente a los consumidores se someterán al escrutinio de la ley. En 2010 la Agencia Estadounidense del Medicamentoavisó a 23andMe y otras empresas de genética de consumo que sus servicios equivalen a los dispositivos médicos y por lo tanto necesitan una aprobación legal. Pero desde entonces el Gobierno de Estados Unidos no ha producido reglas claras para estas empresas A pesar de todo, 23andMe solicitó la aprobación legal para partes de su test el año pasado (ver "Una empresa de genética personal busca aprobación legal").
Otra cuestión es si los médicos harán uso de la información que produzca un test genético de consumo. Los médicos no siempre se fían de los resultados de los tests vendidos directamente al consumidor y pueden no tener unas directrices médicas claras sobre cómo utilizarlos. Pero las conexiones entre las variantes de las enzimas de hígado y la respuesta a medicamentos tienen bastante respaldo en pruebas médicas, afirma Rosenfeld. Si un médico no quiere aceptar estos resultados, afirma, "búscate otro médico". MIT
sábado, 17 de agosto de 2013
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