Los niños empiezan a dejar de serlo durante la pubertad, un periodo vital en el que experimentan importantes cambios en su cuerpo y su psique. Sin embargo, no todos muestran los primeros signos de esta etapa a la misma edad, lo que puede derivar en ciertas dificultades para quienes los experimentan. En este artículo se explica cómo la pubertad precoz es una condición que aumenta el riesgo de sufrir problemas psicológicos como la ansiedad o la depresión.
Aunque, por regla general, la pubertad comienza en los niños en torno a los 12 años de edad y en las niñas hacia los 11, cada vez hay más menores que debutan en esta etapa mucho antes y cuyos cuerpos empiezan a cambiar mucho antes que los de sus compañeros. Es lo que se conoce como "pubertad precoz", que es la que se inicia a los 8 años en las niñas y a los 9 años en los varones. Además, se da con mucha más frecuencia en el género femenino. Hay varios factores que explican que esta fase se adelante: el exceso de peso (una condición cada vez más habitual en la infancia), tener bajo peso al nacer o ser adoptado.
La pubertad: antesala de la adolescencia
La pubertad es la antesala de la adolescencia, un periodo vital que puede ser muy complicado. Y quienes empiezan a ser adolescentes antes que sus compañeros tienen una mayor vulnerabilidad a sufrir problemas psicológicos. Así lo asegura un reciente estudio realizado por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch de Melbourne (Australia) realizado sobre una muestra de 3.500 niños.
A quienes les sobreviene la pubertad de manera precoz deben enfrentarse a los retos de la adolescencia cuando todavía son demasiado pequeños emocionalmente. Además, como señala la investigación, estos niños tienen más problemas de ansiedad, más dificultades sociales y menor rendimiento en la escuela.
Aunque, por regla general, la pubertad comienza en los niños en torno a los 12 años de edad y en las niñas hacia los 11, cada vez hay más menores que debutan en esta etapa mucho antes y cuyos cuerpos empiezan a cambiar mucho antes que los de sus compañeros. Es lo que se conoce como "pubertad precoz", que es la que se inicia a los 8 años en las niñas y a los 9 años en los varones. Además, se da con mucha más frecuencia en el género femenino. Hay varios factores que explican que esta fase se adelante: el exceso de peso (una condición cada vez más habitual en la infancia), tener bajo peso al nacer o ser adoptado.
La pubertad: antesala de la adolescencia
La pubertad es la antesala de la adolescencia, un periodo vital que puede ser muy complicado. Y quienes empiezan a ser adolescentes antes que sus compañeros tienen una mayor vulnerabilidad a sufrir problemas psicológicos. Así lo asegura un reciente estudio realizado por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch de Melbourne (Australia) realizado sobre una muestra de 3.500 niños.
A quienes les sobreviene la pubertad de manera precoz deben enfrentarse a los retos de la adolescencia cuando todavía son demasiado pequeños emocionalmente. Además, como señala la investigación, estos niños tienen más problemas de ansiedad, más dificultades sociales y menor rendimiento en la escuela.
Púberes confundidos
Uno de los principales motivos de que la pubertad precoz aumente el riesgo de sufrir problemas psicológicos es "que el cuerpo del niño cambiará mucho antes que el de sus compañeros, factor que le hará sentir distinto y confundido", comenta Laura Solana, responsable del área de Psicología Clínica del Centro ITAE. Además, las alteraciones hormonales también causan variaciones en el estado de ánimo, que se pueden traducir en "dificultades a nivel de autoestima y de imagen corporal". El afectado empieza a vivir en un cuerpo que no se ajusta a su edad emocional.
Por eso, como asegura María Jesús Mardomingo, especialista en psiquiatría infantil, "la pubertad temprana se caracteriza por el hecho de que los niños y, en especial, las niñas tienen que enfrentarse a retos sociales que no se corresponden ni con su edad cronológica, ni con su desarrollo cognitivo y emocional. Unos desafíos que se derivan de su aspecto externo".
Otra de las conclusiones del estudio señalaba que los pequeños con pubertad precoz tienen más problemas de conducta. "En parte, porque el aspecto físico favorece que se relacionen con adolescentes mayores que ellos", añade Mardomingo.
Pubertad precoz, distinta en niños y niñas
Y, además de que la pubertad precoz es más frecuente en las féminas que en los niños, ellas viven peor esta condición. Como explica Mardomingo, "las niñas suelen vivirla como un acontecimiento negativo, y de ahí el estrés que les produce; mientras que los chicos lo viven como algo positivo que refuerza su imagen personal". Las niñas se ven con más pecho y cadera que sus amigas y creen que están gordas. Por eso, como apunta Solana, "los estudios indican que los problemas de ansiedad, baja autoestima y dificultades con la imagen corporal se dan más en ellas".
En algunos casos, es recomendable que estos pequeños acudan al psicólogo. Laura Solana señala que el trabajo del psicólogo consiste en "normalizar las emociones del niño, dotarle de habilidades sociales, fomentar la autoestima e incidir en la prevención de futuros problemas, como los trastornos alimentarios o las adicciones".
¿Qué pueden hacer los padres?
Es muy importante que los padres ayuden a sus hijos a adaptarse a esta situación. Es fundamental que si ven que su hijo debuta en la pubertad antes que sus compañeros, le expliquen que es una situación normal, que no es ningún problema de salud y que sus compañeros también pasarán por lo mismo. Además, como recomienda la psicóloga Laura Solana, "hay que ayudarle a sobrellevar las burlas de sus compañeros, tratarlo de acuerdo a la edad que tiene y elevarle la autoestima mediante el refuerzo positivo y una comunicación abierta". Fuente: Eroski Consumer
Uno de los principales motivos de que la pubertad precoz aumente el riesgo de sufrir problemas psicológicos es "que el cuerpo del niño cambiará mucho antes que el de sus compañeros, factor que le hará sentir distinto y confundido", comenta Laura Solana, responsable del área de Psicología Clínica del Centro ITAE. Además, las alteraciones hormonales también causan variaciones en el estado de ánimo, que se pueden traducir en "dificultades a nivel de autoestima y de imagen corporal". El afectado empieza a vivir en un cuerpo que no se ajusta a su edad emocional.
Por eso, como asegura María Jesús Mardomingo, especialista en psiquiatría infantil, "la pubertad temprana se caracteriza por el hecho de que los niños y, en especial, las niñas tienen que enfrentarse a retos sociales que no se corresponden ni con su edad cronológica, ni con su desarrollo cognitivo y emocional. Unos desafíos que se derivan de su aspecto externo".
Otra de las conclusiones del estudio señalaba que los pequeños con pubertad precoz tienen más problemas de conducta. "En parte, porque el aspecto físico favorece que se relacionen con adolescentes mayores que ellos", añade Mardomingo.
Pubertad precoz, distinta en niños y niñas
Y, además de que la pubertad precoz es más frecuente en las féminas que en los niños, ellas viven peor esta condición. Como explica Mardomingo, "las niñas suelen vivirla como un acontecimiento negativo, y de ahí el estrés que les produce; mientras que los chicos lo viven como algo positivo que refuerza su imagen personal". Las niñas se ven con más pecho y cadera que sus amigas y creen que están gordas. Por eso, como apunta Solana, "los estudios indican que los problemas de ansiedad, baja autoestima y dificultades con la imagen corporal se dan más en ellas".
En algunos casos, es recomendable que estos pequeños acudan al psicólogo. Laura Solana señala que el trabajo del psicólogo consiste en "normalizar las emociones del niño, dotarle de habilidades sociales, fomentar la autoestima e incidir en la prevención de futuros problemas, como los trastornos alimentarios o las adicciones".
¿Qué pueden hacer los padres?
Es muy importante que los padres ayuden a sus hijos a adaptarse a esta situación. Es fundamental que si ven que su hijo debuta en la pubertad antes que sus compañeros, le expliquen que es una situación normal, que no es ningún problema de salud y que sus compañeros también pasarán por lo mismo. Además, como recomienda la psicóloga Laura Solana, "hay que ayudarle a sobrellevar las burlas de sus compañeros, tratarlo de acuerdo a la edad que tiene y elevarle la autoestima mediante el refuerzo positivo y una comunicación abierta". Fuente: Eroski Consumer
No hay comentarios:
Publicar un comentario