Vecinos se quejaban del humo
Friedhelm Adolfs, quien se ha ganado reputación entre sus compatriotas como activista jubilado protabaco de 75 años, deberá dejar el edificio donde vive desde hace 40 años por quejas de sus vecinos al humo de los cigarrillos porque fuma demasiado y el olor les molesta.
El jubilado presentó un recurso que fue rechazado por el juzgado alemán. El dictamen fue a favor de los vecinos, ya que obliga a Adolfs a abandonar su vivienda antes de fin de año. La cámara dictó así la sentencia por las constantes quejas de los vecinos molestos con el humo de los cigarrillos del jubilado, quien durante años trabajó como conserje del edificio y, tras pasar al retiro, se quedó en la vivienda.
Friedhelm Adolfs había argumentado en su defensa que es el "segundo fumador más conocido de Alemania, después de Helmut Schmidt", en alusión al excanciller del país, al que, con más de 95 años, se le permite fumar incluso en actos públicos o en televisión.
Schmidt, del Partido Socialdemócrata (SPD) y en el poder de 1974 a 1982, es un fumador empedernido y, según sus médicos, privarlo del cigarrillo sería más peligroso para su salud, por el estrés que le causaría, que seguir haciéndolo.
Adolfs no tiene ese estatus de "tolerancia", pero goza de relativa popularidad en su ciudad, tras haber participado en varias manifestaciones a favor de los derechos del fumador y conseguir recoger entre sus simpatizantes fondos para su defensa ante la Justicia.
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