El Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica (CIPCE) lanzó un programa que brindará a los organismos públicos información fidedigna sobre la existencia y funcionamiento de empresas fantasmas. Sabido es que estas sociedades en la mayoría de los casos son creadas para la evasión fiscal, el fraude, la corrupción, el blanqueo de dinero y la fuga de capitales. Esto implica no sólo la comisión de hechos delictivos, sino también la inestabilidad en el crecimiento económico de un país.
Según informaron, se avanza con una iniciativa que apunta a que la información sobre estas sociedades sea aportada al organismo por todo aquel ciudadano que tenga conocimiento acerca de la existencia de las mismas, estos datos serán volcados en una base de datos que permitirá organizar, procesar y sistematizar la información con el fin de detectar empresas y redes de sociedades fantasmas, como así también investigar y estudiar sus patrones de funcionamiento. “Uno de los motivos por los cuales se decidió trabajar en esta línea surgió luego de comprobar que la mayoría de los hechos de corrupción en Argentina implicaron una red de empresas fantasmas. Algunos de los casos más resonantes fueron IBM-Banco Nación causando un daño U$S 21 millones con empresas fantasmas jugando un papel importante”, explican desde CIPCE. Otro dato que demuestra la incidencia de las empresas fantasmas en el crecimiento económico lo aportó Tax Justice Network, al sostener que sólo un aumento del 0,5% de la rentabilidad de los activos escondidos en paraísos fiscales generaría ingresos suficientes para reducir a la mitad la pobreza en el mundo.
“Hoy en día, con el fin de luchar contra la corrupción y los delitos económicos de una manera eficiente, es necesario exponer el importante papel de las corporaciones en la economía global, por eso invitamos a toda la sociedad a participar del proyecto”, explica Agustín Carrara Director Ejecutivo de CIPCE. Se busca entonces avanzar con una herramienta útil en aras de la prevención de delitos económicos que afectan principalmente el patrimonio público, como así también aportar un elemento más en la pelea contra la fuga de capitales, profundizando la unión entre la sociedad civil y el Estado.
Según lo explica Carrara, “en la forma en que se desarrolla actualmente la criminalidad económica, las sociedades y corporaciones cumplen un papel fundamental. Por eso es que resulta indispensable que los organismos de control supervisen eficientemente la actividad de estas empresas, para comprobar que no se esté dando una apariencia legítima a algo que en realidad es usado exclusivamente para cometer delitos”. El director Ejecutivo de CIPCE explica que esto implicaría que no solo cuenten con la información necesaria, sino que además puedan procesarla para detectar redes de empresas fantasmas y patrones comunes de delincuencia económica. “Las empresas fantasmas pueden ser utilizadas, entre otras cosas, cuando una empresa multinacional desea canalizar sobornos hacia funcionarios públicos, y lo hace ‘subcontratando’ a estas sociedades que en realidad no desarrollan ninguna actividad”, explica. Por su parte, Silvina Vescovi, coordinadora del área de Transparencia y Anticorrupción señaló que “para llevar adelante este programa, es fundamental el rol que juega el aporte de información de parte de la sociedad, no solo porque son los que cotidianamente están en contacto con hechos de este tipo, sino también porque sirve para demostrar que el Estado, su patrimonio y sus funcionarios no son compartimentos estancos que nada tienen que ver con la sociedad, sino que su protección nos beneficia a todos”.
“Si bien es cierto que hay organismos del Estado que vienen trabajando en este tema desde hace algún tiempo, entendemos que no resulta suficiente frente a la magnitud del daño social que causa la evasión fiscal y el blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico y la trata de personas, entre otras”, sintetizó la especialista. Punto JUS
De esto se trata el presente, de redescubrir en forma lo que nos pasa. No somos una caja fuerte sino una caja de cartón, su contenido es valido mientras sea duradero el envase.
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