El cambio grande de irse a vivir a un centro universitario puede causar |
Adiós a la depresión
Ojo con la depresión en las universidades, pues los estudiantes pueden contagiarse entre sí de este desbalance químico del cerebro, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Notre Dame.
Las transiciones mayores en la vida, como lo es mudarse al campus universitario, pueden producir este contagio, de acuerdo con Gerald Haeffel y Jennifer Hames, científicos del Departamento de Sicología de Notre Dame.
Según ambos científicos, la depresión puede pasarse entre estudiantes que convivan juntos debido a lo que llaman ”vulnerabilidad cognitiva”.
"Nuestro estudio demuestra que la vulnerabilidad cognitiva tiene el potencial de crecer y menguar con el tiempo en función del contexto social", explicaron los investigadores, quienes siguieron a 103 universitarios, que además eran compañeros de apartamento en su primer año de carrera.
"Estudiantes de primer año son una muestra ideal para probar las hipótesis porque están experimentando una importante transición de la vida que implica un cambio significativo en su entorno social, se encuentran en el pico de edad para el desarrollo de la depresión y pueden ser asignados al azar a un compañero de piso", explicaron los investigadores.
La depresión clínica es una enfermedad grave y común que afecta física y mentalmente el modo de sentir y de pensar del paciente.
La depresión puede provocar deseos de alejamiento de la familia, amigos, trabajo, y escuela. Puede además causar ansiedad, pérdida del sueño, del apetito, y falta de interés o placer en realizar diferentes actividades.
Una transición grande en la vida es la que viven los inmigrantes, y aunque este grupo no fue analizado en esta ocasión por Notre Dame, estudios anteriores han vinculado este gran cambio de vida y entorno social a situaciones de depresión entre inmigrantes hispanos en Estados Unidos.
Además de este problema de salud mental, como parte del gran cambio, los hispanos afrontan numerosas barreras para recibir cuidado y tratamiento adecuados, como las diferencias socio-económicas, la desigualdad en el acceso de cobertura en salud, la falta de sensibilidad sociocultural en la relación paciente, y la falta de seguro de salud.
Ojo con la depresión en las universidades, pues los estudiantes pueden contagiarse entre sí de este desbalance químico del cerebro, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Notre Dame.
Las transiciones mayores en la vida, como lo es mudarse al campus universitario, pueden producir este contagio, de acuerdo con Gerald Haeffel y Jennifer Hames, científicos del Departamento de Sicología de Notre Dame.
Según ambos científicos, la depresión puede pasarse entre estudiantes que convivan juntos debido a lo que llaman ”vulnerabilidad cognitiva”.
"Nuestro estudio demuestra que la vulnerabilidad cognitiva tiene el potencial de crecer y menguar con el tiempo en función del contexto social", explicaron los investigadores, quienes siguieron a 103 universitarios, que además eran compañeros de apartamento en su primer año de carrera.
"Estudiantes de primer año son una muestra ideal para probar las hipótesis porque están experimentando una importante transición de la vida que implica un cambio significativo en su entorno social, se encuentran en el pico de edad para el desarrollo de la depresión y pueden ser asignados al azar a un compañero de piso", explicaron los investigadores.
La depresión clínica es una enfermedad grave y común que afecta física y mentalmente el modo de sentir y de pensar del paciente.
La depresión puede provocar deseos de alejamiento de la familia, amigos, trabajo, y escuela. Puede además causar ansiedad, pérdida del sueño, del apetito, y falta de interés o placer en realizar diferentes actividades.
Una transición grande en la vida es la que viven los inmigrantes, y aunque este grupo no fue analizado en esta ocasión por Notre Dame, estudios anteriores han vinculado este gran cambio de vida y entorno social a situaciones de depresión entre inmigrantes hispanos en Estados Unidos.
Además de este problema de salud mental, como parte del gran cambio, los hispanos afrontan numerosas barreras para recibir cuidado y tratamiento adecuados, como las diferencias socio-económicas, la desigualdad en el acceso de cobertura en salud, la falta de sensibilidad sociocultural en la relación paciente, y la falta de seguro de salud.
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