Colocarse el pelo, tocarse la nariz o cualquier otro tipo de tic son conductas que se realizan sin obtener nada a cambio. Durante décadas la comunidad científica pensaba que los mecanismos que originan estas acciones, denominadas adjuntivas, poco tenían que ver con los que provocan comportamientos como comer o dormir, que generan una recompensa y que se conocen como operantes.
Tras más de 20 años investigando ambos tipos de conductas en ratas, científicos de la UNED y de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos) han revisado decenas de estudios y han concluido que ambos tipos de comportamientos sí están relacionados.
Según los investigadores, las conductas adjuntivas, con las que no se obtiene recompensa, son en realidad un tipo de comportamiento operante, porque sí existe un trofeo, pero que se demora en el tiempo. En el caso de las ratas, en uno de los artículos analizados, los científicos les suministraban pequeñas bolas de comida con intervalos temporales y comprobaban cómo se repetía la conducta en cuestión.
Ese mismo experimento también abordaba la bebida de líquidos. “Las ratas beben sin tener sed, pero no lo hacen porque sí: su comportamiento es sensible a las consecuencias”, explica Ricardo Pellón, investigador del departamento de Psicología Básica I de la UNED y uno de los autores del trabajo.
Además, las variables motivacionales que mueven ambas conductas son similares, según este estudio, que se publica en la revista Learning & Behavior. Estas variables están relacionadas con el organismo (como puede ser el nivel de hambre) y con la recompensa (cantidad de comida suministrada).
Siguiente paso, validación
La revisión bibliográfica dibuja un nuevo marco teórico, pero que falta por confirmar con nuevos experimentos. “Tenemos que validar que la teoría es cierta y por eso estamos empezando un nuevo proyecto, centrado en estudios de comportamientos diferentes a la bebida en la rata de laboratorio, para probar su generalización”, indica Pellón.
De confirmarse, el nuevo modelo teórico propuesto tendría implicaciones en la base de determinadas patologías, como los trastornos obsesivo-compulsivos. “Si las conductas son operantes se pueden modificar con las mismas técnicas”, adelanta el investigador de la UNED. De esta forma, el tratamiento podría ser diferente, centrado en una terapia conductual, que actuara como complemento de los fármacos prescritos al paciente.
La anorexia también podría abordarse desde este nuevo marco teórico, puesto que numerosas conductas adjuntivas desarrolladas por los pacientes, como el ejercicio físico excesivo, podrían tratarse de otra forma.
Referencia bibliográfica: Peter R. Killeen y Ricardo Pellón. “Adjunctive behaviors are operants”. Learning & Behavior, 41, enero 2013. DOI: 10.3758/s13420-012-0095-1.
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