
El subsecretario de Asuntos Municipales de la provincia de Buenos Aires, Juan de Jesús, destacó la importancia que el Estado haya regulado la norma antitabaco en el territorio bonaerense, aunque insistió en que la prohibición “debería ser absoluta”.
El actual funcionario con licencia de la Cámara de Diputados fue uno de los que más trabajó para delinear la ley recientemente regulada, como presidente de la Comisión de Salud.
En la etapa previa a la elaboración del dictamen que finalmente se sancionó, pregonó que no existan lugares privados de acceso al público con permiso para fumar. Sin embargo se autorizó a dejar un 30% de los establecimientos de más de 150 metros cuadrados de superficie para los fumadores. Así como la autorización de fumar en Bingos y Casinos.
De Jesús citó que “el 42% de los bonaerenses se enferman o mueren por causas relacionadas con los hábitos de vida, entre ellas el tabaco” y aclaró que no son solamente los fumadores “sino también por el humo del cigarrillo, porque hace tanto mal el cigarrillo como el humo, incluso hace mucho más daño el tabaco en personas que no fuman pero que están en contacto permanente con ese humo”.
“Es una droga que produce adicción, y que al mismo tiempo mata, porque va generando silenciosamente las condiciones en el cuerpo humano, que le va quitando calidad y años de vida”, explicó el doctor Juan de Jesús. Así consideró “importante que el Estado, que es regulador de todas esas cuestiones, y es el preservador de los derechos de las personas, haya intervenido y haya regulado esta situación”.
No obstante, volvió a opinar que “la prohibición debería ser absoluta, porque en esos habitáculos de alguna manera el humo sale, y también está la pregunta de quién cuida a los trabajadores gastronómicos que entran y salen de esos lugares”. Pero entendió que “estas son las cuestiones que se tienen que ir limando, por eso digo que este es un paso importante pero falta todavía hacerlo más absoluto”.
Como dato estadístico, arrojó que “en la Argentina fallecen 46 mil personas por año como consecuencia del cigarrillo, de las cuales 12 mil nunca fumaron pero sí estuvieron en contacto con gente que fumaba, y ese contacto les generó serios trastornos en la salud”.
De Jesús diferenció que es una “ley de salud, no es una ley comercial, porque acá no se tuvieron en cuenta los costos económicos que muchos comercios esgrimían acerca de que iban a ver reducidas sus ventas y demás”.
Y confió en seguir las experiencias de Mendoza, Tucumán, Santa Fe, o Río Negro, que son cien por ciento libre de humo, donde “las estadísticas han demostrado que lejos de deprimirse la actividad comercial, tuvieron un aumento del 30 por ciento, lo que significa que mucha gente no iba a esos comercios porque permitían fumar, y luego de que se implementaron las restricciones comenzaron a ir. Entonces esas cuestiones hay que valorarlas también”, recomendó.
El actual funcionario con licencia de la Cámara de Diputados fue uno de los que más trabajó para delinear la ley recientemente regulada, como presidente de la Comisión de Salud.
En la etapa previa a la elaboración del dictamen que finalmente se sancionó, pregonó que no existan lugares privados de acceso al público con permiso para fumar. Sin embargo se autorizó a dejar un 30% de los establecimientos de más de 150 metros cuadrados de superficie para los fumadores. Así como la autorización de fumar en Bingos y Casinos.
De Jesús citó que “el 42% de los bonaerenses se enferman o mueren por causas relacionadas con los hábitos de vida, entre ellas el tabaco” y aclaró que no son solamente los fumadores “sino también por el humo del cigarrillo, porque hace tanto mal el cigarrillo como el humo, incluso hace mucho más daño el tabaco en personas que no fuman pero que están en contacto permanente con ese humo”.
“Es una droga que produce adicción, y que al mismo tiempo mata, porque va generando silenciosamente las condiciones en el cuerpo humano, que le va quitando calidad y años de vida”, explicó el doctor Juan de Jesús. Así consideró “importante que el Estado, que es regulador de todas esas cuestiones, y es el preservador de los derechos de las personas, haya intervenido y haya regulado esta situación”.
No obstante, volvió a opinar que “la prohibición debería ser absoluta, porque en esos habitáculos de alguna manera el humo sale, y también está la pregunta de quién cuida a los trabajadores gastronómicos que entran y salen de esos lugares”. Pero entendió que “estas son las cuestiones que se tienen que ir limando, por eso digo que este es un paso importante pero falta todavía hacerlo más absoluto”.
Como dato estadístico, arrojó que “en la Argentina fallecen 46 mil personas por año como consecuencia del cigarrillo, de las cuales 12 mil nunca fumaron pero sí estuvieron en contacto con gente que fumaba, y ese contacto les generó serios trastornos en la salud”.
De Jesús diferenció que es una “ley de salud, no es una ley comercial, porque acá no se tuvieron en cuenta los costos económicos que muchos comercios esgrimían acerca de que iban a ver reducidas sus ventas y demás”.
Y confió en seguir las experiencias de Mendoza, Tucumán, Santa Fe, o Río Negro, que son cien por ciento libre de humo, donde “las estadísticas han demostrado que lejos de deprimirse la actividad comercial, tuvieron un aumento del 30 por ciento, lo que significa que mucha gente no iba a esos comercios porque permitían fumar, y luego de que se implementaron las restricciones comenzaron a ir. Entonces esas cuestiones hay que valorarlas también”, recomendó.
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